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Niccolò Paganini, el violinista que tenía un pacto con el diablo

Se dice que cuando tenía cinco años, el diablo se le apareció en sueños a su madre y le aseguró que su hijo sería un famoso violinista

Niccolo Paganini fue un italiano considerado por muchos como el mejor compositor de violín de todos los tiempos.

A tal grado ha llegado su fama que se cree que tenía un contrato con el diablo. De acuerdo con el mito, el manejo del Guarnerius, su violín favorito fabricado por Giuseppe Guarneri y conservado hoy como el más preciado tesoro musical en el Museo de Génova, era el instrumento que le daba su poder.

Se dice que cuando tenía cinco años, el diablo se le apareció en sueños a su madre y le aseguró que su hijo sería un famoso violinista, lo cual hizo que su padre, Antonio Paganini, virtuoso con la mandolina y el violín, le obligase a practicar durante más de diez horas diarias.

No obstante, desde los 16 años, se dedicó al juego y sus continuas pérdidas le obligaron a vender su propio violín. Por suerte, un admirador suyo le regaló el Guarnerius con el que asombraría al mundo.

A partir de ese punto, sus habilidades con el instrumento salieron a flote. Aparte de sus gran fama, también se le consideraba un gran mujeriego, a pesar de que su aspecto no le favorecía en lo más mínimo. De acuerdo su médico personal en París:

«Paganini era pálido, delgado y de mediana estatura. Aun teniendo 47 años, su delgadez y la falta de dientes le provocaron el hundimiento de la boca y le hicieron la barbilla más prominente, lo cual le daba una apariencia mayor de lo que era. A primera vista, su cabeza era voluminosa, sostenida por un cuello largo y estrecho, mostrando una acentuada desproporción con sus delicadas extremidades»

Para aportar información a su extraña figura, se ha documentado que su historial médico revelaba un «síndrome de hipermovilidad articular». Gracias a éste, no hubiese podido tocar su célebre Movimiento perpetuo a la increíble velocidad de… ¡doce notas por segundo!

De hecho, grandes compositores lo nombraban como una figura demoniaca. El compositor alemán Félix Mendelssohn escribió sobre él: «Su ejecución sin equivocaciones está más allá de lo imaginable… Porque él es tan original, tan único, que se requeriría un análisis exhaustivo para poder expresar una impresión sobre su estilo». Mientras, el austriaco Franz Liszt exclamó: «¡Dios mío, cuánto sufrimiento, cuánta miseria, cuánta tortura en aquellas cuatro cuerdas!».

Por otro lado, un crítico de la «Gazzeta Piamontese», que al día siguiente de un concierto, anotó: «Tiene algo de diabólico, una habilidad casi sobrenatural. Muy a menudo su violín ya no es un violín. Es una flauta, es la limpísima voz de un canario bien amaestrado; supera las más incomprensibles dificultades con una facilidad indecible».

El 27 de mayo de 1840, en Niza, a la edad de 58 años, murió y su sepultura religiosa fue negada por el obispo de Niza debido al halo mítico de sus historias. Fue hasta un lustro entero que su cadáver fuese enterrado en Ramairone, en Polcevera. Posteriormente, en 1876, sus restos fueron trasladados al cementerio de Parma, donde hoy reposan.

Queda a consideración del lector el poder demoníaco del violinista. Proporcionamos 5 de sus más grandes temas:

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CAB

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