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¡No, el Día de Muertos no inicia el 1 de noviembre!

¡No, el Día de Muertos no inicia el 1 de noviembre!

En detalle, el calendario católico designó el 1 de noviembre como el día de Todos los Santos. La proclamación procede del papa Gregorio IV

El Día de Muertos es reconocido como la tradición mexicana que en durante el 1 y 2 de noviembre de cada año celebra el regreso temporal de los difuntos a nuestro plano.

No obstante, si bien se mantiene en el ideario colectivo que esta celebración se conmemora específicamente esos días, o que incluye a ambos, así como que existe gracias a la unión de la cultura prehispánica y la religión católica, lo cierto es que ninguno de esos datos es totalmente cierto.

De acuerdo con la página de la Unesco, el Día de Muertos se lleva a cabo a finales de octubre e inicios de noviembre; sin embargo, esta celebración está asociada principalmente al 1 y 2 de noviembre. 

1 de noviembre

En detalle, el calendario católico designó el 1 de noviembre como el día de Todos los Santos. La proclamación de la fiesta de Todos los Santos procede del papa Gregorio IV; quien en el año 835 dio instrucciones para ello en tiempos de Luis, el Piadoso.

Si bien no hay una historia firme sobre el origen de la festividad del 1 de noviembre, se cree que el papa Gregorio IV escogió este día porque coincidía con una de las festividades de los pueblos germanos y durante estos años, el objetivo de la Iglesia era ir eliminando todas las celebraciones paganas.

Una de las dudas que surgen en un día como este es a quién se puede considerar santo. Quizás pueda creerse que santo es algo mucho más importante de lo que es, pero según la Iglesia católica, para ser santo solo hay que hacer una cosa: “participar de la santidad de Dios”.

En este sentido, Peter Kreeft, profesor de Filosofía centrado en filosofía católica, asegura que ser santo “no es gente rara ni excepcional”. “Los santos son el modelo operativo estándar para los seres humanos”, indica. De hecho, siendo más concretos, afirma que en el sentido bíblico de la palabra “todos los creyentes son santos”.

Aunque fue Gregorio IV el que extendió esta festividad, fue incluso antes cuando se empezó a celebrar, a raíz de la Gran Persecución, como se conoce a la persecución de Diocleciano, una de las últimas persecuciones de cristianos en el Imperio romano. En esta fecha es común acudir a los cementerios para visitar las tumbas de los seres queridos que han fallecido.

2 de noviembre

Por otro lado, el 2 de noviembre es día de los Fieles Difuntos, que son los adultos. El Día de Todos los Santos no es lo mismo que el Día de Fieles Difuntos. También conocido como Día de los Muertos o de las Ánimas, éste se celebra el día 2 de noviembre. Su objetivo es orar por los fieles que ya no siguen en la vida terrenal.

Durante esta jornada se celebran las denominadas misas de réquiem, es decir, un ruego por el alma de los muertos. En este día es donde entra México. Nuestro país es el lugar por excelencia del homenaje a los muertos.

No obstante, hay otro inconveniente con respecto a la supuesta relación entre el Día de Difuntos en suelo mexicano con una tradición prehispánica.

Por un lado, hay datos que indican el emparejamiento entre culturas en tradiciones prehispáinicas como guardar los cráneos de los muertos como trofoeos. Asimismo, en algunas regiones de México, el 28 de octubre es destinado para las personas que murieron a consecuencia de algún accidente o de forma trágica; por otro lado, el 30 de octubre es en honor a las almas de los “limbos” o niños que murieron sin ser bautizados, olvidados o sin familia.

El problema entra cuando se discuten las asociaciones entre los prehispánico y lo colonial. En la época prehispánica, varias civilizaciones como la mexica, maya, purépecha, totonaca y otras, veneraban a sus muertos al final del ciclo agrícola del maíz con distintos rituales. 

En la mitología mexica, se creía que la muerte daba inicio al viajar hacia el Mictlán, que es el lugar de los muertos. Para llegar ahí, las almas debían pasar por diferentes obstáculos para llegar con Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, el señor y señora de los muertos; mismos a quienes se les debía hacer una ofrenda para descansar por toda la eternidad.

Pese a estas versiones que señalan las igualdades, la fallecida investigadora Elsa Malvido señaló que esta celebración tiene un origen católico y no prehispánico.  De acuerdo con la investigadora, quien trabajó en la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el altar de muertos, las calaveras azucaradas y los panes con forma de hueso son tradiciones que provienen de la Europa medieval, y son costumbres católicas y profundamente jesuitas. 

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En un boletín del INAH, emitido en 2007, Malvido apuntó que las fiestas de Todos los Santos y de Los Fieles Difuntos se crearon en Francia, en el siglo X, por el Abad de Cluny, quien rescató la celebración en honor a los macabeos el 2 de noviembre y dispuso el día anterior para celebrar a los santos y mártires anónimos. 

En ese día, señala, se disponía en el templo de un inmenso altar en el que se exhibían las reliquias de los santos: huesos, cráneos u otros restos, la tierra donde fueron enterrados o una parte de la ropa que portaban.  

Por lo que explica, estas reliquias eran consideradas intermediarias del hombre ante Dios. Por ello, en México durante la fiesta de Todos los Santos, los católicos recorrían la mayor cantidad posible de altares, para ganar indulgencias, explica.  Además, Malvido puntualizó que la leyenda del origen precolombino seguramente fue inventada por los intelectuales mexicanos de la década de 1930.

Sea apropiación, unión o coincidencia, nadie puede obligar a los mexicanos a celebrar el Día de muertos en dos partes, una para los niños y otro para los adultos. No está de más saber algunos datos, por eso te los contamos.

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CAB

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