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¡No todo es el penacho! Estas cinco reliquias mexicanas jamás podrán volver a nuestro país

¡No todo es el penacho! Estas cinco reliquias mexicanas jamás podrán volver a nuestro país

Existen otros cinco importantes objetos de gran valor histórico para México, que se encuentran en museos internacionales con pocas posibilidades de volver

Mucho se ha hablado del famoso penacho de Moctezuma y el deseo de miles de mexicanos de que vuelva a México, como parte de una “reinvindicación” de los derechos nacionales que tenemos sobre una pieza tan representativa de nuestra historia precolombina.

No obstante, el quetzalapanecáyotl perteneciente al antepenúltimo tlatoani mexica que permanece en el Museo de Etnología de Viena, en Austria, desde finales del siglo XVI, no es la única reliquia mexicana que no volverá a tierra azteca en un futuro próximo.

Ya sea porque las piezas pertenecen a colecciones privadas, han sido donadas o por su frágil estado, existen otros cinco importantes objetos de gran valor histórico para México, que se encuentran en museos internacionales y que se ve como un imposible que retornen a nuestro país.

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1.La máscara de Tezcatlipoca

Es una figura representativa hecha en turquesa del siglo XV, se exhibe en el Museo Británico de Londres. En la cultura preshipánica Tezcat es el señor del cielo y de la tierra, fuente de vida, tutela y amparo del hombre, origen del poder y la felicidad, dueño de las batallas, omnipresente, fuerte.

2. El códice Aubin

El Tonalámatl de Aubin es un códice pictórico que se lee de arriba abajo y de derecha a izquierda y que los sacerdotes aztecas utilizaban en un ritual de adivinación. La obra contiene un calendario religioso de 260 días, el Tonalpohualli, que se utilizaba como un texto devocional diario y ritual para la celebración de festividades, y servía como base para las predicciones astrológicas de la carta natal.

Este calendario litúrgico formó parte de una colección de propiedad de Lorenzo Boturini Benaducci (1702-1751), que fue confiscada cuando lo expulsaron de la Nueva España a mediados de la década de 1740.

El códice parece haber pasado por varias manos antes de que el americanista Alexis Aubin se lo comprara a quien fuera su propietario desde principios de 1800, Frédéric de Waldeck, por la suma de 2000 francos, el 24 de octubre de 1841.

En 1889, Eugène Goupil, de origen mexicano y francés, adquirió la gran colección de manuscritos mesoamericanos de Aubin, incluida esta obra, y su viuda la donó a la Biblioteca Nacional de Francia en 1898.

Ahora la copia original del Códice Aubin está ubicado en el Museo Británico en Londres, aunque hay una copia en la Biblioteca Nacional de Francia, una copia de Antonio Peñafiel en Berlín, y otra copia en la biblioteca de la Universidad de Princeton en la colección de Robert Garrett.

 

3. Nican Mopohua

Su traducción del náhuatl puede referirse a: “aquí se narra”. Se trata del relato original en náhuatl de la serie de apariciones de la virgen de Guadalupe.

El Nican Mopohua relata, en forma vívida y poética los hechos que acontecieron en el cerro del Tepeyac, en la iglesia de Tlatelolco y en la casa del obispo de México, entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, y de cinco apariciones de la Virgen de Guadalupe.

Las primeras tres sólo a Juan Diego en el Tepeyac, la cuarta ante el obispo Zumárraga y cuantos estaban junto a él, al desplegarse el ayate del indio, y finalmente, una a Juan Bernardino, en la cual dice su nombre: Santa María de Guadalupe.

Fue escrito originalmente en lengua náhuatl en 1556 por Antonio Valeriano, quien recibió la historia de boca del propio Juan Diego.

Una copia muy antigua, de 1556, está resguardada en la Biblioteca Pública de Nueva York.

4. Los pectorales de jade mayas

Hace ya más de 100 años, el cónsul estadounidense Edward Herbert se sumergió en uno de los tantos cenotes mayas para obtener las magistrales piezas y llevarlas a su país de origen. 

Estas placas fueron encontradas en el área arqueológica de Chichén Itzá, debajo de los templos dedicados a Chac Mool y en cenotes. Representan a personajes de la vida élite maya. 

Las piezas se encuentran bajo la custodia del Museo Peabody de Arqueología y Etnología de la Universidad de Harvard, Estados Unidos.

5. La máscara de Quetzalcóatl

Esta máscara con dos serpientes enlazadas es la considerada como típica de Quetzalcóatl-Tláloc fue creada entre el siglo  XV o XVI.

Hecha de cedro americano, cubierta con un mosaico de turquesa, y los dientes están elaborados con la cáscara del molusco strombus. La máscara incorpora dos figuras de serpientes una de turquesa azul y otra verde que se enroscan alrededor de nariz, ojos y boca cuyas colas originalmente eran doradas.

También resguardada en el Museo Británico.

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