
La gestión de Gerardo Fernández Noroña como presidente del Senado llegó a su fin en medio de una larga lista de controversias.
Durante su mandato, acumuló al menos 48 episodios de confrontación que incluyeron amenazas de juicio político, restricciones a legisladores, uso del Senado y de la Fiscalía para obligar a un ciudadano a disculparse públicamente, reproches a colegas por desviar debates, así como discursos de corte partidista desde la tribuna.
Entre sus constantes, destacó el uso del pleno para lanzar ataques contra la Suprema Corte, el INE y el expresidente Felipe Calderón, además de recriminar a periodistas por no difundir lo que él consideraba correcto. El 22 de octubre del año pasado, la oposición presentó una protesta formal acusándolo de actuar como militante y no como representante del pleno.
Posteriormente, el PRI solicitó su destitución por falta de imparcialidad, agresiones verbales y utilización de la Mesa Directiva para fines partidistas. A estas críticas se sumaron señalamientos por viajes internacionales cuestionados, colaboradores no registrados oficialmente, uso de vehículos de lujo y la compra de una casa de 12 millones de pesos.
Sus choques más recurrentes fueron con Alejandro Moreno Cárdenas, líder priista, con quien protagonizó al menos cinco enfrentamientos, algunos cara a cara en la tribuna y otros en redes sociales, llegando incluso a los empujones en la Comisión Permanente. También sostuvo una relación especialmente tensa con la panista Lilly Téllez, a quien negó en repetidas ocasiones el uso de la palabra. Ambos se enfrascaron en al menos diez discusiones públicas que incluyeron gritos, megáfonos y recriminaciones mutuas en el pleno.
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Uno de los momentos más cuestionados de su presidencia ocurrió cuando obligó al abogado Carlos Velázquez a disculparse públicamente, luego de un altercado en el aeropuerto capitalino. El mensaje fue transmitido por los canales oficiales del Senado, lo que generó críticas por el uso de recursos institucionales para fines personales.
Las polémicas también incluyeron amenazas a senadoras opositoras como María de Jesús Díaz y Lilly Téllez, a quienes acusó de incitar a la violencia o de comportamientos impropios en el recinto. Además, en varias ocasiones reprendió a legisladoras de otros partidos por abordar temas que no coincidían con la agenda oficialista.
Su mandato concluyó en el primer minuto de este lunes. Para la oposición, representada por Alejandro Moreno, la presidencia de Fernández Noroña ha sido “la peor en la historia del Senado”, marcada por excesos verbales, uso partidista de la institución y una actitud agresiva, en especial contra mujeres legisladoras.