
La conmemoración de las protestas de 2024 en Kenia terminó en violencia: al menos dos muertos y más de 300 heridos tras choques con la policía
Una movilización convocada para recordar las protestas que estremecieron a Kenia en 2024 terminó en nuevos actos de represión. Al menos dos personas perdieron la vida y otras 300 resultaron heridas en medio de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, durante una jornada marcada por la tensión y el descontento social.
A pesar de la fuerte presencia policial y de los bloqueos con alambradas alrededor de edificios gubernamentales en Nairobi, miles de ciudadanos tomaron las calles este miércoles para manifestarse contra la brutalidad policial, la carga fiscal y lo que consideran una creciente opresión por parte del gobierno del presidente William Ruto. Entre los asistentes también estuvieron familiares de víctimas de las manifestaciones del año anterior, en las que murieron al menos 60 personas.
“Marchamos en contra de la brutalidad policial, en contra de la opresión del gobierno, en contra de los altos impuestos, todo lo que va mal en este país”, expresó Anthony, joven manifestante de 25 años, quien prefirió mantener su apellido en reserva.
Inicialmente pacíficas, las marchas derivaron en choques violentos cuando algunos participantes lanzaron piedras a los uniformados, que respondieron con gases lacrimógenos. En la localidad de Machakos, a unos cien kilómetros de la capital, se registraron los hechos más graves: dos manifestantes murieron y ocho resultaron heridos por disparos, según reportó Julius Makau, administrador del hospital de Matuu. “Uno de ellos sufría de heridas de bala en el abdomen y murió de una importante hemorragia”, informó. Otra víctima falleció al ser trasladada a un segundo centro médico.
Makau añadió que uno de los heridos está en condición crítica tras recibir un impacto de bala en la cabeza. En tanto, organismos de emergencia reportaron al menos 300 personas atendidas en Nairobi, de las cuales 67 permanecen en estado grave.
El presidente William Ruto, quien asumió el poder en 2022 con la promesa de un crecimiento económico acelerado, enfrenta hoy un clima de descontento generalizado. La población manifiesta frustración por el estancamiento económico, el aumento del costo de vida y los persistentes casos de corrupción. A esto se suman recientes denuncias por desapariciones forzadas y violencia contra opositores al régimen.
Las protestas actuales también remiten a las de junio de 2024, cuando miles de personas ocuparon el Parlamento y forzaron al presidente a retirar su propuesta de incremento de impuestos. Sin embargo, el clima de indignación persiste, alimentado por la falta de cambios estructurales y por la represión como respuesta a las demandas ciudadanas.