
Analistas advierten que la reforma busca frenar corrupción y presiones externas en el Poder Judicial, aunque genera debate sobre concentración de poder.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) inició este 1 de septiembre una nueva etapa con la instalación de nueve ministros elegidos por voto ciudadano, un hecho inédito en la historia judicial del país. La medida, derivada de la reforma impulsada por la Cuarta Transformación, busca reducir la influencia de grupos empresariales, poderes fácticos y crimen organizado en la impartición de justicia.
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El analista político David Saucedo señaló que la reforma responde a la percepción de que diversos jueces, magistrados e incluso la propia Corte favorecieron en el pasado a intereses contrarios al gobierno federal. Según explicó, la elección popular pretende cortar esas redes de influencia, aunque también plantea riesgos de subordinación del Poder Judicial frente al Ejecutivo.
De los nueve nuevos ministros, seis —Hugo Aguilar, María Estela Ríos, Yasmín Esquivel, Sara Irene Herrerías, Lenia Batres y Loretta Ortiz— tienen una trayectoria vinculada al actual proyecto político. Los otros tres —Arístides Guerrero, Irving Espinosa y Giovanni Figueroa— son considerados de perfil independiente.
La jornada estuvo marcada por varios actos relevantes: el arranque del segundo año de la LXVI Legislatura, la entrega del primer Informe de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y la protesta de 881 juzgadores federales también electos en urnas.
Saucedo calificó la medida como parte de un modelo de “democracia no liberal”, en el que el voto otorga legitimidad amplia al Ejecutivo, pero con menor margen para contrapesos. “La reforma no corrige las deficiencias del Poder Judicial, como corrupción y nepotismo; más bien lo rediseña a favor del proyecto político en turno”, advirtió.
Aun así, el especialista reconoció que la percepción negativa hacia jueces y magistrados facilitó la aprobación del cambio: “La falta de confianza en el sistema judicial abrió la puerta para que el Ejecutivo impulsara una transformación de gran calado”.
Con esta renovación, la Corte se reorganiza en un entorno político donde se espera que juegue un papel clave en la consolidación del nuevo esquema de justicia, mientras persiste el debate sobre la independencia judicial y el equilibrio de poderes.
Con información de Excelsior