
Te contamos el origen de la Catrina, el poderoso símbolo del Día de Muertos que une raíces prehispánicas, la sátira de Posada y el arte mural de Diego Rivera.
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Origen de la Catrina: La historia del ícono de Día de Muertos que combina sátira y arte mexicano. Cada año, al acercarse el Día de Muertos, la figura de la Catrina reaparece en altares, panteones y calles de México. Aunque hoy es un ícono del folclore, el origen de la Catrina se remonta a una profunda mezcla de raíces prehispánicas, la sátira política del siglo XX y la reinterpretación artística del muralismo.
Detrás del característico sombrero y la sonrisa esquelética de la Catrina, también conocida como la Calavera Garbancera, hay una historia que combina religión, política y resistencia cultural.
El Origen de la Catrina: De Mictecacíhuatl a la sátira social
La figura tal como la conocemos hoy nace en el siglo XX, pero su esencia se rastrea hasta el México prehispánico. Para los mexicas, la muerte era un paso más en el ciclo de la vida, y sus rituales estaban presididos por Mictecacíhuatl, la diosa del inframundo. Su imagen, una figura femenina esquelética, es uno de los referentes visuales más antiguos relacionados con el origen de la Catrina.
Posteriormente, en el siglo XX, el artista José Guadalupe Posada utilizó calaveras como recurso visual para satirizar los excesos de las clases altas durante el Porfiriato. Su obra más reconocida, La Calavera Garbancera, criticaba a quienes, siendo de origen humilde, negaban sus raíces para aparentar ser aristócratas europeos. Posada afirmaba que “la muerte es democrática”, igualándonos a todos sin importar la clase social.
La Consolidación Cultural en el Arte de Diego Rivera
Si bien Posada creó la imagen base, fue Diego Rivera quien dio a la Catrina su forma moderna y consolidada. En su mural de 1947, “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, Rivera retomó la figura de Posada y le añadió un elegante vestido, una estola de plumas y un sombrero ornamentado.
En el mural, la Catrina aparece al centro, junto a Posada y un Diego niño, representando una continuidad simbólica del arte mexicano. Desde ese momento, la figura dejó de ser solo una crítica social para convertirse en un símbolo nacional del Día de Muertos. El vestuario elegante, inspirado en la moda del Porfiriato, refleja la opulencia que se buscaba ridiculizar, ironizando con la muerte.







