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Pancho Villa, el “centauro del norte” que amaba las malteadas de fresa

Entre las historias que alrededor de Pancho Villa está que se casó más de 27 veces y habría tenido hasta 26 hijos, haciéndose cargo de todos

¿Sabían que la bebida favorita de Pancho Villa era la malteada de fresa que tomaba en el Paso, Texas?

Nacido como José Doroteo Arango Arámbula el 5 de junio de 1878 en San Juan del Río, Durango, fue mejor conocido por su seudónimo Francisco Villa y se convirtió en uno de los principales caudillos de la Revolución Mexicana,

Rodeado de leyendas y mitos, el “Centauro del Norte”, como era apodado por sus seguidores, Pancho Villa contribuyó con su ejército al rápido triunfo de la Revolución; en seis meses logró expulsar del poder y del país a Porfirio Díaz.

Una media filiación que se encuentra en el Archivo Histórico de Parral, fechada en 1907, describía al caudillo como “DOROTEO ARANGO es de 30 o 32 años, parece ser originario de San Juan del Río o de algún punto de ese Partido, donde ha estado procesado por los delitos de robo y homicidio, así como por fuga de la cárcel de la Cabecera de aquel Partido. Es alto, de complexión robusta, güero, ojos verdes, barba cerrada, boca chica, nariz ancha, carirredondo.

Su origen y primeros años se encuentran envueltos en un halo de misterio, creado y alentado por él mismo, como el hecho de que era hijo no reconocido de Luis Fermán, dueño de la hacienda “Ciénega de Basoco”, por lo que en aquel tiempo se conocía como el “derecho de pernada”, que era el “beneficio” de los hacendados sobre las mujeres recién casadas para pasar con ellas la noche de bodas, con tal de hacerse cargo de los gastos del casamiento.

Teniendo que huir de Durango, se refugió en Chihuahua y se cambió el nombre para comenzar a escribir el mito que, en el universo de rumores alrededor suyo, lo mismo se le ha considerado colombiano que centroamericano, e incluso estadounidense, -todo sin un sustento académico-.

El mismo Villa dijo en alguna ocasión que no había ido ni un solo día de su vida a la escuela, sin embargo, cuando fue gobernador de Chihuahua mandó construir 50 escuelas y prohibió el consumo de alcohol al considerar que era el principal causante de problemas.

Era tal su aversión con el alcohol, que estableció la Ley Seca para su ejército, amenazando con fusilar a cualquier militar que lo desobedeciera, llegando al extremo de destruir cantinas.

Otra de las historias que rodean el mito de Pancho Villa, está la redactada en 1916 por un soldado apellidado Kennedy, en un pequeño libro llamado The Life and History of Francisco Villa. The Mexican Bandit, que lo pinta como criminal desalmado criminal, que sin remordimiento alguno mataba, violaba y robaba a todo aquel que se le atravesara en el camino pero, especialmente, a los que ostentaran la nacionalidad estadounidense.

Además, Kennedy deja entrever que el verdadero padre del centauro del Norte habría sido un hombre de raza negra, con la mira de denigrarlo por medio de argumentos racistas, cuando toda su vida defendió los derechos de los campesinos frente a los abusos de los terratenientes.

Otra de las historias que alrededor de Pancho Villa está que se casó más de 27 veces, ya fuese por el civil o por la iglesia, y habría tenido hasta 26 hijos, haciéndose cargo de todos, al grado que los mandó a estudiar a los Estados Unidos.

Una vez que Pancho Villa depuso las armas en 1920 y se retiró a la hacienda “El Canutillo”, durante tres años sufrió numerosos atentados de los que salió ileso. Sin embargo, el 20 de julio de 1923, no tuvo la misma suerte y fue asesinado en una emboscada en Hidalgo del Parral, Chihuahua.

Se cree que su homicidio fue instigado por el entonces presidente Álvaro Obregón y por su sucesor, el también general, Plutarco Elías Calles (1924-1928), temerosos del apoyo que Villa pudiera brindar a Adolfo de la Huerta, que aspiraba a suceder a Obregón en la Presidencia.

IPR

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