
“Triste, poquito; enojo jamás”: el padre del finalista desmiente que estuviera molesto por el resultado del reality.
El emotivo reencuentro de Abelito con su familia tras obtener el tercer lugar en La Casa de los Famosos México 2025 se volvió viral, especialmente por la reacción de su padre, conocido como “el viejón”. Mientras su madre y su pareja lo recibieron con abrazos y aplausos, el gesto serio y la leve negación con la cabeza del padre generó especulación entre los televidentes.
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Al ver que su reacción se difundió ampliamente en redes sociales, el padre de Abelito decidió aclarar públicamente la situación. En entrevista a las afueras del foro, aseguró que su expresión no reflejaba enojo. “Triste, poquito; enojo jamás. Ya estamos hechos a la idea. El Abelito salió ganador, no hay que malinterpretar las cosas”, comentó, enfatizando que se sentía orgulloso del desempeño de su hijo.
Durante la final, Abelito fue recibido entre lágrimas y abrazos por su madre, Cristina Romero, y su novia, Aranza Salazar, mientras el padre se mantenía al margen del efusivo recibimiento. Su gesto, interpretado por algunos como frustración o descontento, motivó todo tipo de especulaciones: desde enojo por no haber ganado hasta percepciones de desaire por la cercanía inicial de Abelito con su madre y su pareja.
El padre reafirmó su orgullo y felicidad por la participación de Abelito, destacando que su tercer lugar refleja el cariño del público y el éxito dentro del reality. Respecto a la propuesta de Aldo de Nigris de compartir el premio, comentó: “Es una chulada de muchacho, qué bueno que la decisión la tomen ellos. La ambición nunca es buena”.
A pesar de sus declaraciones, la reacción del “viejón” continúa siendo tema de debate en redes sociales, donde algunos usuarios la interpretan como emoción contenida y otros como decepción genuina. Lo cierto es que su gesto capturó un momento de alta carga emocional, cerrando una etapa mediática intensa y marcando el inicio de un nuevo capítulo para Abelito fuera de la casa.
El caso demuestra cómo televisión y redes sociales amplifican gestos familiares, convirtiendo emociones privadas en conversación nacional, y subraya el impacto que los realities pueden tener sobre la percepción pública de la vida personal de sus participantes.
Con información de Excelsior