El gobierno “ordena al embajador Ricardo Capella y al personal diplomático registrado en Paraguay que dejen el país en las próximas 48 horas”.
Paraguay informó sobre la expulsión del embajador venezolano Ricardo Capella y de todo el personal diplomático de Venezuela en su territorio, dándoles un plazo de 48 horas para abandonar el país. Esta medida se toma como respuesta a la ruptura de relaciones diplomáticas por parte de Caracas con Asunción, tras el apoyo público del presidente paraguayo, Santiago Peña, al excandidato opositor venezolano Edmundo González Urrutia, quien se autoproclamó vencedor de las elecciones presidenciales de julio frente a Nicolás Maduro.
El presidente Santiago Peña reafirmó su respaldo al derecho del pueblo venezolano a vivir en democracia y reconoció a González Urrutia como el legítimo ganador de las elecciones, señalando las irregularidades que habrían caracterizado el proceso electoral. Además, el mandatario paraguayo volvió a comprometerse con la comunidad internacional en su esfuerzo por restaurar el orden democrático en Venezuela.
El gobierno venezolano, por su parte, acusó a Paraguay de actuar bajo la influencia de potencias extranjeras e intervenir en los asuntos internos de Venezuela, calificando la postura de Peña como un ataque a su soberanía. En respuesta, Venezuela optó por retirar a su personal diplomático de Paraguay y romper todos los lazos oficiales con Asunción.
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La situación refleja el ambiente de tensión política que prevalece en Venezuela, donde las elecciones de julio generaron una fuerte polarización. Mientras Nicolás Maduro fue proclamado ganador por las autoridades electorales, González Urrutia y sus seguidores acusaron fraude, lo que provocó su exilio forzado en medio de las persecuciones por parte del régimen.
Este conflicto diplomático suma una nueva capa a la crisis política y social de Venezuela, destacando el impacto regional de su situación interna y el creciente aislamiento del gobierno de Maduro ante ciertos países de América Latina.
