
Paris Jackson denunció ante la Corte de Los Ángeles irregularidades en el manejo del patrimonio de su padre, acusando pagos excesivos y falta de transparencia.
Han pasado más de quince años desde la muerte de Michael Jackson, pero el nombre del llamado “Rey del Pop” continúa vinculado a disputas legales. Esta vez, es su hija Paris, de 27 años, quien ha decidido cuestionar el manejo de la fortuna que dejó su padre tras su fallecimiento en 2009.
En una reciente presentación judicial ante la Corte Superior de Los Ángeles, la modelo y cantante señaló directamente a los administradores del patrimonio, a quienes acusa de haber aprobado pagos “excesivos y poco transparentes” a varios despachos legales. Según sus declaraciones, los abogados responsables del legado del artista se habrían beneficiado con primas y bonos que no cuentan con justificación.
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De acuerdo con los documentos presentados, en 2018 se habrían transferido más de 625 mil dólares a tres firmas legales, incluyendo 250 mil dólares en concepto de “tiempo no registrado”. Para Paris, este tipo de prácticas incumple las órdenes judiciales que limitaban los honorarios hasta recibir aprobación formal del tribunal.
“Existen inconsistencias que exigen un escrutinio detallado de todos los honorarios y costos solicitados”, indicó Paris en su denuncia, al considerar que los abogados habrían aprovechado la falta de supervisión del patrimonio. A su juicio, un grupo de profesionales “bien remunerados” estaría extrayendo dinero de la herencia “a plena vista”.
Los administradores del patrimonio, John Branca y John McClain —nombrados por el propio Michael Jackson en su testamento de 2002—, respondieron de forma contundente. En un escrito presentado el 15 de julio de 2025, calificaron las objeciones de Paris como “inoportunas” y solicitaron que fueran desestimadas.
En su defensa, recordaron que cuando asumieron la administración en 2009, el patrimonio del cantante estaba prácticamente en bancarrota, con una deuda superior a medio billón de dólares. Afirmaron que gracias a su gestión, el legado de Jackson se convirtió en uno de los más rentables de la industria musical, generando al menos 287 millones de dólares para los tres beneficiarios: Prince, Paris y Bigi.
Asimismo, argumentaron que los pagos cuestionados fueron “bien merecidos y razonables”, ya que permitieron resolver más de quince litigios, preservar el catálogo musical y asegurar los derechos de imagen y regalías del artista.
Los documentos judiciales también revelan que Paris habría recibido aproximadamente 65 millones de dólares en beneficios provenientes del fideicomiso familiar, cifra que —según los abogados— solo fue posible gracias a la reestructuración financiera llevada a cabo tras la muerte del cantante.
El fideicomiso de Michael Jackson estipula que cada uno de sus hijos reciba acceso progresivo a la herencia: una parte a los 30 años, otra a los 35 y el resto a los 40. Actualmente, Prince, de 28 años, participa en proyectos audiovisuales y filantrópicos; Bigi, de 23, mantiene un bajo perfil, mientras que Paris continúa desarrollando su carrera artística y abogando por temas de salud mental.
El patrimonio del cantante, lejos de disminuir, ha seguido creciendo con los años. Entre sus principales fuentes de ingresos se encuentran el espectáculo Michael Jackson ONE en Las Vegas, el musical MJ: The Musical en Broadway y la venta parcial de su catálogo a Sony por 600 millones de dólares en 2024. Desde su fallecimiento, se estima que el legado de Jackson ha generado más de 2.5 mil millones de dólares.
Aun así, las controversias no han cesado. A los conflictos fiscales con el Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos —resueltos en 2021 con un pago de 111.5 millones—, se suman nuevas demandas, como la presentada en 2025 por Wade Robson y James Safechuck por 400 millones de dólares, en la que retoman acusaciones de abuso sexual.
Más de una década después de su partida, el impacto cultural y económico de Michael Jackson sigue siendo incalculable. La reciente batalla legal iniciada por Paris no solo expone las tensiones internas del patrimonio familiar, sino también la complejidad de administrar la fortuna del artista más influyente de su tiempo.