
Pedro Pascal criticó la migración y la política en EE. UU. durante Cannes. Reivindicó contar historias para resistir el miedo y la represión
En el marco del Festival de Cannes, el actor Pedro Pascal se pronunció con firmeza respecto a las complejas problemáticas migratorias y sociales que enfrenta Estados Unidos. Durante la presentación de la película Eddington, dirigida por Ari Aster, la discusión sobre temas como el racismo, la migración y los movimientos sociales cobró protagonismo ante una audiencia internacional.
Eddington narra la historia de una tensa confrontación de poder entre un sheriff y un alcalde en un pequeño pueblo de Nuevo México en plena pandemia de COVID-19. La trama expone una espiral creciente de violencia que refleja tensiones sociales reales, abordando directamente temas candentes como el movimiento Black Lives Matter y las políticas migratorias impulsadas en los últimos años.
Ari Aster, conocido por su obra Midsommar, expresó su visión sobre la creación del filme y los tiempos actuales: “Escribí esta película en un estado de miedo y ansiedad. Estamos viviendo un experimento que no va bien. Y nadie parece dispuesto a detenerlo”. Durante la conferencia, mostró inseguridad y reformuló varias de sus afirmaciones, evidenciando la complejidad del tema.
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El actor chileno, Pedro Pascal, fue enfático al responder a la pregunta sobre si temían represalias en Estados Unidos por la naturaleza crítica de su trabajo cinematográfico. Pascal recordó su propia experiencia como refugiado, tras exiliarse primero en Dinamarca y luego en Estados Unidos durante la dictadura militar en Chile. “Yo también he sido un refugiado. Si no hubiéramos encontrado asilo, no sé qué habría pasado conmigo y mi familia. Por eso creo firmemente en la necesidad de proteger a quienes huyen de regímenes o conflictos. Quiero vivir en el lado correcto de la historia”, declaró.
El intérprete defendió la importancia de continuar expresándose y resistir frente a quienes intentan intimidar mediante el miedo. “El miedo es la manera en la que ellos ganan, así es que seguir contando historias y seguir expresándonos y luchando por ser quien somos”, agregó. Con pasión, lanzó un llamado a no permitir que esas fuerzas oscuras prevalezcan: “Que se joda la gente que intenta asustarnos. Luchemos. Y en ese sentido, contar historias es la mejor forma de hacerlo. No los dejemos ganar, no los dejemos.”
Tras las emotivas palabras de Pascal, Ari Aster intervino para agregar una reflexión que aportó un poco de esperanza: “Para mí la única esperanza es volver a hablar entre nosotros. Conectarnos. Todo lo demás —la desconexión, el aislamiento, la paranoia— sólo nos conduce al desastre. Y si hay salida pasa por ahí”.
En otro momento destacado del festival, la actriz Angelina Jolie regresó a Cannes para amadrinar la entrega del Trofeo Chopard, un reconocimiento anual que se otorga a jóvenes promesas del cine. La gala, celebrada en una elegante cena en la playa del Hotel Carlton, contó con la presencia de figuras importantes del cine y la industria.
El Trofeo Chopard fue entregado este año a la actriz francesa Marie Colomb, protagonista de As bestas, y al actor británico Finn Bennett, conocido por su participación en True Detective y Warfare: tiempo de guerra. Colomb expresó su emoción tras recibir el galardón: “Fue una noche muy especial, muy emocionante y muy poderosa”, y recordó con cariño su encuentro con Jolie, con quien conversó sobre cine y vida cotidiana.
Este premio, creado en 2001 por Caroline Scheufele, copresidenta y directora artística de Chopard, es un símbolo del compromiso de la firma suiza con el apoyo al talento emergente. A lo largo de los años, ha distinguido a actores como Marion Cotillard, Gael García Bernal y Adèle Exarchopoulos, consolidándose como una tradición en el Festival de Cannes.