La pandemia de Covid-19 no detienen la migración de cientos de centroamericanos que diariamente arriban a México en su paso hacia Estados Unidos
Como si no existieran las restricciones migratorias en la frontera entre Guatemala y México presumidas casi diario por Donald Trump, y como si no existiera la pandemia de Covid-19, miles de personas cruzan cada mañana el Río Suchiate.
Por supuesto, aquí no existen la sana distancia, termómetros infrarrojos, alcohol en gel, ni cuestionarios sobre el estado de salud de los viajeros.
No hay miles de soldados como Trump cree, sólo dos guardias nacionales con uniformes del Ejército Mexicano y un agente de Migración, quienes los que contemplan la escena sin hacer nada.
Esta porción de la ribera del Suchiate se conoce como “El Coyote” y es sólo uno de los nueve cruces informales reconocidos por el Instituto Nacional de Migración.
Aquí, para salir de México y volver, sólo hace falta un billete de 50 pesos. A 40 kilómetros de este cruce informal, la Estación Migratoria Siglo 21 está casi deshabitada.
El edificio fue hasta hace unos meses, el punto físico de tensión por el golpe de timón dado por el gobierno mexicano en sus políticas de ingreso y tránsito de extranjeros del sur por el país.
Ahora, en vez de tumultos y fugas masivas, se observan a su costado decenas de casas improvisadas alzadas y ocupadas por africanos y centroamericanos a la espera de resolver su situación; algunos creen que el mostrar algún síntoma parecido al Covid, les ayudará a cruzar más fácil.
Con información de Imagen Televisión
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NCV
