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Política Chicharronera.

Las muestras de la mezquindad política en este país no terminan. Las de esta semana son como siempre, un esfuerzo de beneficiarse políticamente a costa del detrimento del contrario y por supuesto en contra del propio país y sus intereses.

El primer caso se trata del Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldivar Lelo de la Rea. En un periódico de circulación nacional salió una nota en donde se le atribuye una instrucción a todos los miembros del Poder Judicial, consistente en no criticar al Presidente de la República, López Obrador . Y escuche usted la intrincada historia: la nota se basa en un audio de lo que la magistrada Claudia Curiel entendió de la plática con el Director de la Asociación de Jueces y Magistrados, que a su vez también le habría dicho un Consejero de la Judicatura, Alfonso Pérez Daza.

Me gustaría contarle quién es Arturo Zaldivar. Es uno de los litigantes en materia de amparo más importantes y exitosos que tuvo este país, lo cual se traduce en un despacho que le dejó la suficiente cantidad de dinero como para no preocuparse de esto por el resto de sus días, lo que desde mi óptica, le da un importante grado de independencia, además de que fue un muy respetado maestro de la Escuela Libre de Derecho.

Aclaro que, no obstante mi actual buena comunicación con el ministro Zaldívar, lo critiqué duramente cuando fue el artífice de la sentencia que liberó a Florence Cassez. Posteriormente me explicó detalladamente que la violación al debido proceso de la acusada, hacía imposible que algún tribunal la juzgara sin tener en mente que era culpable, debido al montaje de diversas televisoras en donde aparecía como una secuestradora capturada en flagrancia. En segundo lugar, y se puede revisar en mis columnas, cuando se dio la elección entre Luis María Aguilar y Zaldivar, me parecía que el proyecto de Aguilar, un juzgador de carrera, era el adecuado para el máximo órgano de justicia. En esta ocasión, en la que resultó electo Arturo Zaldivar, me pareció que la Corte necesitaba un cambio radical, pues sin dudar del decoroso papel del anterior Presidente, me tocó constatar en carne propia la falta de sensibilidad del poder judicial ante asuntos que no pueden dilatarse en su resolución, como en los que está de por medio la separación entre padres e hijos. Creo, porque lo he visto y platicado con él, que Zaldivar  tiene una visión totalmente distinta.

Para nadie es un secreto la concentración de poder que tiene el Presidente de la República, su mayoría en las cámaras, la legitimidad con la que llegó al poder y sus niveles de aprobación, lo que es algo peligroso para la vida democrática e independencia de los poderes de la nación. Por eso hoy más que nunca México necesita una Suprema Corte “unida”, en donde los Ministros con inteligencia y conocimiento resuelvan los delicados temas que tiene ese tribunal.

Resulta mezquino e increíble que sus propios compañeros perdedores y alguno que otro damnificados por el triunfo de Zaldivar estén generando fuego amigo que no sólo perjudica a la Corte sino al país. Así que señores Ministros les ruego que se comporten a la altura de su cargo y se pongan a trabajar por la justicia que tanto los necesita. Por cierto, los  que dicen que Zaldivar le debe la Presidencia de la Corte a AMLO, les recuerdo que en la anterior elección se necesitaron 32 rondas de votación para elegir a Luis María, después de 29 empates entre este y el actual Presidente, lo que sin lugar a dudas lo convirtió en este proceso, en un aspirante muy fuerte que no necesito la intervención del dedo presidencial.

Otro caso que me parece inaceptable, aún más mezquino y sobre todo peligroso,  son los ataques que está recibiendo el actual Secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo, Alberto Capella, pues ponen en riesgo a la gente de uno de los paraísos más visitados en el mundo y la seguridad personal y familiar del propio Secretario. En este caso se trata de una denuncia que ha sido presentada por el Gobierno de Morelos, encabezado por el “egregio” Cuauhtémoc Blanco, ante la Auditoría Superior, por un presunto desvío de recursos federales del Programa de Fortalecimiento para la Seguridad.

Para nadie es un secreto los desencuentros que tuvieron Capella y Cuauhtémoc Blanco cuando éste era Presidente Municipal de Cuernavaca, por la renuencia del edil para aceptar el mando único, tampoco es un secreto que muchos Presidentes Municipales no quieren soltar el mando de sus policías porque representa una mina de oro que con un mando único se les acabaría. Mientras el Gobierno de Morelos presenta denuncias en contra de su anterior Comisionado de Seguridad, el Gobernador en pánico solicita a la Federación refuerzos en esta materia pues se han disparado los índices delictivos casualmente desde que llegó esta administración y se fue a quién acusan.

Antes de estar presentando tantas acusaciones sería adecuado que el Gobernador nos explique ¿qué pasó con el Organismo Municipal de Agua en su administración? y del cual hoy nadie puede tomar control. Decirle también a Blanco que la vida de los Morelenses, de los Quintanarroenses y de los ciudadanos en general, no es un “partido de fútbol” en el cual le puedo mentar la madre al árbitro, ni tampoco una “mesa de apuestas” en donde pueda sin control alguno dilapidar recursos que no le pertenecen. 

Aún más grave y más cobarde resulta atacar al Gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín para tratar de presionar la salida de Capella, quien tomó una decisión valiente, urgente y necesaria, pues tener un jefe policiaco que promueve el mando único sin duda le agitó el avispero y causo una situación de reacomodo de fuerzas, pero estoy seguro que con Presidentes Municipales conscientes y que aman a su Estado y a su Municipio, como es el caso de la Presidenta Municipal de Benito Juárez Cancún, Mara Lezama y con el apoyo de la ciudadanía que está harta de la inseguridad, la estrategia triunfará. Por cierto, casualmente los ataques más fuertes hacía el Gobernador vienen del mismo medio que publicó el reportaje en contra de Zaldivar. ¿Coincidencia?. Capella ha sido un policía que ha arriesgado su vida en muchas ocasiones teniendo que agarrarse a balazos con delincuentes y Blanco un político “arguendero”, que sólo sabe decir que es cercano a la gente.

¿Usted a quién le cree?.

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