El Día de la Candelaria coincide con la presentación de Jesús y la bendición del maíz en el calendario azteca
Con el Día de la Candelaria a la vuelta de la esquina, no es de sorprendernos que los tamales estén ‘en boca de todos’, pero la verdadera duda es ¿Por qué comemos tamales en esta fecha y a qué se debe la celebración?
La fiesta por el Día de la Candelaria data de los años 1400 en España, sin embargo, con el paso de los años y la globalización se ha convertido en una fecha celebrada por creyentes y no creyentes.
Significado de la fiesta
Además de poner fin al ciclo de festividades navideñas, la celebración por el Día de la Candelaria expone el sincretismo de ritos prehispánicos, fusionados con la fe hebrea, cristiana y algunos cultos paganos.
El día de celebración de esta fecha, 2 de febrero, coincide con la presentación de Jesús en el templo, pues de acuerdo con la Ley de Moisés, los judíos debían presentar a sus primogénitos 40 días después de su nacimiento.
Tal y como lo manda la tradición, aquellas personas que tuvieron la fortuna de encontrar la figura del Niño Jesús en su rebanada de Rosca de Reyes están colmados de una bendición, por lo que deben ofrecer alimento en una reunión a sus invitados, en este caso tamales.
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Vestir al Niño Dios
En México, se estima que la tradición de vestir al Niño Dios viene desde la Edad Media, sin embargo su vestimenta mejor conocida como “ropones” ha sufrido una evolución a lo largo de los años, dejando atrás lo tradicional.
Con el primer rosario en navidad se ‘acuesta’ al Niño Dios, para luego ser levantado el Día de la Candelaria.
Entonces… ¿Por qué comemos tamales?
La acción de ofrecer y comer tamales en esta fecha tiene estrecha relación con la bendición del maíz en el calendario azteca, un alimento esencial en la dieta del mexicano y la cultura prehispánica.
En este día, los habitantes de los pueblos indígenas llevaban mazorcas para que fuesen bendecidas a fin de sembrar sus granos como tributo a Tláloc y Chachitlicuetl con el fin de obtener buenas cosechas.
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CNH
