
El apodo de Saúl Álvarez, “Canelo”, tiene un origen sencillo pero significativo que se remonta a sus primeros años en el boxeo.
Según el propio boxeador, fue su entrenador José “Chepo” Reynoso quien le otorgó este sobrenombre debido al color rojizo de su cabello. Inicialmente, Reynoso lo llamó “Canelito” por su corta edad, pero con el tiempo, el apodo se acortó a “Canelo”, como lo conocemos hoy en día .
Este apodo no solo refleja una característica física del boxeador, sino que también ha llegado a simbolizar su identidad dentro y fuera del ring. A lo largo de su carrera, Saúl ha mencionado que prefiere ser llamado “Canelo” en lugar de su nombre real, Santos, ya que este sobrenombre se ha convertido en una parte integral de su personalidad y marca.
Además de “Canelo”, Saúl Álvarez ha tenido otros apodos a lo largo de su vida. De niño, sus familiares y amigos lo llamaban “Santitos”, derivado de su primer nombre, y en su etapa juvenil, también fue conocido como “Canelito” debido a su apariencia y juventud.
Te podría interesar: Canelo ganará suma millonaria por pelea en Arabia Saudita
El apodo “Canelo” ha trascendido más allá del ámbito deportivo. Se ha convertido en un símbolo de su éxito y dedicación al boxeo, y es reconocido tanto en México como internacionalmente. Este sobrenombre ha sido clave en la construcción de su imagen pública y en su conexión con los aficionados al boxeo.
En resumen, el apodo “Canelo” de Saúl Álvarez tiene sus raíces en una característica física de su juventud, pero con el tiempo ha evolucionado hasta convertirse en un emblema de su carrera y personalidad, siendo un elemento distintivo que lo identifica en el mundo del boxeo y más allá.