
El presidente de Rusia expresó su preocupación ante el creciente conflicto en Medio Oriente, advirtiendo que una confrontación directa entre Irán e Israel podría desencadenar un conflicto de alcance internacional.
Durante una intervención reciente, el presidente ruso Vladimir Putin lanzó una advertencia sobre las crecientes tensiones entre Irán e Israel, señalando que si el enfrentamiento entre ambos países se intensifica, podría derivar en un conflicto armado de proporciones globales. Sus declaraciones llegan en un momento crítico, cuando la comunidad internacional observa con inquietud el deterioro de las relaciones en la región.
Putin enfatizó que un choque directo entre Teherán y Tel Aviv no solo tendría consecuencias devastadoras para Medio Oriente, sino que también implicaría riesgos geopolíticos que afectarían a múltiples potencias. Subrayó la necesidad de evitar provocaciones y llamó a las naciones involucradas a actuar con prudencia para frenar la escalada del conflicto.
Las declaraciones del mandatario ruso se produjeron durante una conferencia sobre seguridad, en la que también abordó el papel de las potencias occidentales en la región. En ese contexto, Putin responsabilizó a ciertos gobiernos de incentivar tensiones mediante intervenciones externas que, según él, solo agravan la situación.
Diversos analistas han coincidido en que un conflicto directo entre Irán e Israel pondría en jaque no solo la estabilidad regional, sino también la seguridad internacional, debido a los aliados estratégicos que ambos países tienen y el potencial nuclear que poseen. En ese sentido, la advertencia del líder ruso ha sido interpretada como un llamado urgente a la diplomacia.
Hasta el momento, ni Irán ni Israel han respondido públicamente a las declaraciones de Putin. Sin embargo, la tensión persiste, y organismos internacionales como la ONU y la OTAN han exhortado a ambas naciones a retomar canales de diálogo antes de que se alcance un punto de no retorno.