
Vladimir Putin sostuvo un encuentro con Ali Lariyani, asesor del líder supremo iraní, para analizar el programa nuclear y la tensión en Medio Oriente
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, sostuvo una reunión de alto nivel en Moscú con Ali Lariyani, asesor cercano del líder supremo de Irán, Alí Jamenei, donde discutieron la situación en Oriente Medio y el programa nuclear iraní. Este encuentro se da en un momento de tensión regional y antes de la reanudación de conversaciones entre Irán y potencias europeas para definir el futuro del acuerdo nuclear.
Según detalló Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, el asesor iraní transmitió a Putin “evaluaciones del empeoramiento de la situación en Oriente Medio y sobre el programa nuclear iraní”, mientras que el mandatario ruso compartió “las conocidas posiciones de Rusia sobre cómo estabilizar la situación en la región y sobre la solución política del programa nuclear iraní”.
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El diálogo ocurre días antes de que Reino Unido, Francia y Alemania retomen negociaciones con Irán en Turquía, con el objetivo de mantener vivo el acuerdo alcanzado en 2015, mediante el cual se levantaron sanciones al país persa a cambio de restricciones a su programa atómico. Además de estos países, China y Rusia forman parte de los firmantes originales del pacto, que ha enfrentado tensiones por el contexto de crisis y cambios en la región.
Por otro lado, el Kremlin ratificó su disposición a buscar una salida pacífica al conflicto en Ucrania. Dmitri Peskov reiteró que “el presidente Putin ha hablado en repetidas ocasiones de su deseo de llevar el arreglo ucraniano a una conclusión pacífica lo antes posible”. Sin embargo, subrayó que “lo principal para nosotros es lograr nuestros objetivos”, en referencia a las prioridades rusas en la guerra.
Respecto al ultimátum de 50 días que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó a Rusia para negociar un alto al fuego, Peskov comentó que en Moscú ya están acostumbrados a la “retórica dura” del exmandatario, sin que esto altere la postura rusa en las negociaciones.
Este acercamiento entre Moscú y Teherán confirma la alianza estratégica entre ambos países, que han buscado mantener presencia en Medio Oriente, al tiempo que Rusia continúa su rol como interlocutor en la diplomacia internacional, en medio de las tensiones por el conflicto en Gaza y la invasión a Ucrania.