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¿Qué aprendimos de #UnDíaSinMujeres? #ElOpinador

En #UnDíaSinMujeres muchas decidieron callar y dejar de figurar, como un homenaje para todas aquellas que ya no podrán salir porque están muertas

Hemos vivido días interesantes. El domingo muchas de ellas alzaron la voz y dejaron de callarse aquello que tanto daño les ha y les hemos hecho todos.

Y ayer, otras más callaron y dejaron de figurar, como un homenaje para todas aquellas que ya no podrán salir al trabajo, a la escuela, por sus hijos, a las compras, al cine o a tomarse un café, porque están muertas.

Hubo otras que ni siquiera pudieron darse ese lujo, pues su profesión se los impide o fueron más grandes sus convicciones. Incluso muchas, quizá tenían la intención de parar, pero no contaron con un soporte que hiciera eso posible, pues ellas son los pilares de donde se sostiene su familia, son sólo ellas las que sacan adelante a sus seres queridos y sin ellas no habría pan, pues son mujeres que viven al día.

Pero también no falto esa variable que siempre se asoma en estos casos. La que dice que si haces las cosas diferente a lo que yo hago, entonces estas en un error.

Pues mientras el #UnDíaSinMujeres se llenaba de gloria, había otros que también cobraban importancia bajo el lema de #YoNoParo, politizando una vez más esta acción que sólo pretendía alcanzar la empatía y ese tan anhelado gramo de humanidad.

Y bueno, ni que decir de la bonita selfie de quien sabe que no puede quedarse fuera de la ocasión, aunque no entiende ni un gramo de lo que pasó.

Pero bueno, entonces qué aprendimos. Es un tema de género o un tema de humanidad. ¿Queremos que este mundo cambie bajo los principios de lo que es lógicamente correcto?

O es sólo la lucha de poder, para ver quien tiene la bota encima del quién. Realmente estamos peleando por los derechos de ellas, o al final esto terminarán siendo para ver como se alcanzan los parámetros para joder al otro.

Por lo pronto, después de #UnDíaSinMujeres todos tenemos mucho que reflexionar, pero por lo menos ellas ahora están más cerca del camino. Pues han sentido la opresión, la mezquindad y la falta de toda lógica por su género.

Ojalá cuando logren lo que tanto buscan, no caigan en los mismos vicios que nos han caracterizado a los hombres y que no nos han dejado evolucionar. 

No permitan que este éxito sea de unos cuantos. Porque si al final, resulta que todo fue poder y venganza, valiente movimiento es el que estamos tratado de defender.

Tan ridículo, como aquel que pide que también haya un día sin nosotros o una marcha por los hombres muertos, en un claro reflejo de que no ha entendido lo más mínimo de lo que hoy se quiere rescatar.

En México se siguen matando mujeres por el simple hecho de ser mujer ¿qué estamos haciendo cada uno de nosotros, para que esto por fin deje de suceder?

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