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¿Qué es lo que pasa en Chile? #ElOpinador

Y ya que estos paladines de la justicia nos recordaron Sudamérica, por qué no conocer, qué está pasando en Chile

Nuestro País a veces no entiende de ironías. Ayer un grupo de 25 encapuchados bloqueó una de las principales avenidas al sur de la Ciudad de México. El motivo, exigir la liberación de presos políticos en Chile y Ecuador, así como ir en contra de las medidas impuestas por el presidente Sebastián Piñera.

Mientras paralizaron el lugar, quemaron mobiliario público para formar una barrera en ambos sentidos del camino y vandalizaron un camión de refresco tirando las botellas bloqueando la vía, afectando así a un centenar de ciudadanos sin que la autoridad los retirara aunque fuera utilizando una dosis moderada de aerosol defensivo natural.

Pero bueno, así los protocolos en este país. Y ya que estos paladines de la justicia nos recordaron Sudamérica, por qué no conocer, qué está pasando en Chile.

Hace unos días, sin los avisos necesarios, el gobierno decidió aumentar la tarifa del Metro, de 800 a 830 pesos chilenos, dejando el boleto en algo así como 23 pesos mexicanos. Esto generó en un principio, protestas por parte de estudiantes que levantaban torniquetes para entrar sin pagar.

Pasaron los días y las manifestaciones subieron de tono. Quemaron espacios y trenes del metro, autobuses, hubo saqueos y ataques a instalaciones públicas, lo que derivó en la salida de militares armados y dispositivos policiales, generando conflictos que provocaron un aumento del caos en Santiago y otras ciudades, a tal grado que el gobierno decretó un estado de emergencia con toque de queda.

Pero, ¿todo por el boleto del metro? No. Eso fue la gota que derramó el vaso. En un país con una brecha social desmedida. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en su informe Panorama Social, reveló que el 1% más adinerado en Chile se quedó con el 26.5% de la riqueza en 2017, mientras que el 50% de los hogares con menos ingresos sólo accedió al 2.1% de la riqueza del país.

El incremento del metro se suma al alza en los precios de la luz, el agua, una crisis en el sistema público de salud y una mala planeación en el sistema de retiro que afecta las pensiones de cientos.

Aunado a un sentimiento de autoritarismo, un salario mínimo deficiente, y con una clase media con altos niveles de deuda, créditos e incertidumbre, así como una alta percepción de inseguridad.

Las manifestaciones continúan, muchas generadas por miles de estudiantes.

Los muertos han empezado a llegar, algunos atribuidos a excesos de la autoridad, en un país que parecía el oasis al sur del continente, pero que ahora vive un estallido que se ve difícil que pronto se pueda apagar.

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