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¿Qué es un perro guía?

El perro guía está entrenado para que no “haga del baño” en cualquier lugar, buscando espacios en donde hay tierra o pasto, respetando siempre sus horarios

Un perro guía no es una mascota, es un animal de servicio que desempeña una labor de asistencia muy importante para las personas con discapacidad visual, ya que prácticamente se convierte en sus ojos, ayudándole a evadir una infinidad de obstáculos, que podrían representar un peligro.

Los tipos perros de servicio son los siguientes:

Perro guía: Adiestrados para ser los ojos de una persona, por lo que si el perro voltea a ver a alguien que lo acaricia en la calle, el usuario puede sufrir un percance.

Perro señal: Entrenados para asistir a personas con sordera.

Perro para personas con autismo, Capacitados para promover la socialización de su usuario, ayudándolo a superar etapas críticas, ganar independencia, autoestima y la posibilidad de llevar a cabo actividades cotidianas, como cualquier persona no autista.

Perro de movilidad asistida: Son ejemplares de balance en el traslado de una persona, ya sea a pie o en silla de ruedas, auxiliando para recoger algunas cosas que caen al suelo o empujar una silla de ruedas, entre otras cosas.

Perro de asistencia médica: Entrenados para alertar a quienes padecen diabetes o epilepsia sobre un nuevo ataque o baja de azúcar, y así puedan colocarse en una posición segura o tomar su medicamento previo al episodio.

Perros de apoyo psiquiátrico: Adiestrados para desarrollar tareas específicas de acuerdo a la enfermedad de cada paciente, como quienes presentan estrés postraumático.

Cuando encuentres a una persona con discapacidad visual acompañada de su perro guía, en la calle, transporte, o en algún lugar público, no acaricies ni ofrezcas comida al perro porque está trabajando, puedes distraerlo y provocar que cometa un error que podría ser de graves consecuencias para la persona con discapacidad.

Y es que, estos animales son seleccionados cuidadosamente, ya que no todos los perros cuentan con el temperamento adecuado para ser un perro guía y son entrenados por profesionales desde que son cachorros; están preparados para ser muy precavidos al andar en las calles, ya que su labor es evitar a toda costa que le llegue a suceder algún accidente a la persona con discapacidad y de ser así están dispuestos a dar la vida por sus amos.

Además en su entrenamiento se les enseña que no deben “hacer del baño” en cualquier lugar, buscan los lugares en donde hay tierra o pasto, respetando siempre sus horarios.

Por su parte, los propietarios de este tipo de perros también tienen una serie de obligaciones con las cuales cumplir, como implantarles una identificación electrónica, llevarlos a revisión veterinaria por lo menos tres veces al año para seguir un calendario de medicina preventiva, brindarle atención higiénica y estética, así como una dieta recomendada y que cuente con lapsos de descanso y recreo.

Así, las personas con discapacidad pueden ingresar con su perro guía a cualquier lugar público, incluyendo restaurantes, con base en el Arículo 58 de La Ley Federal del Protección a los Derechos del Consumidor, el cual indica que no se puede negar el servicio ni cobrar cuotas extra por el perro guía.

Mientras que la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad establecen que ningún proveedor de bienes o servicios puede negar el acceso a personas ciegas acompañadas de perros guía.

El Artículo 11 de la Constitución de la Ciudad de México también delinea los derechos de las personas con discapacidad, estableciendo que debe promoverse la asistencia personal, humana o animal para su desarrollo integral en la comunidad.

Ante esto, es muy importante tener presente que como cualquier otra persona, quienes viven con alguna discapacidad visual, también estudian, trabajan y socializan, por lo cual pueden ingresar con él a donde quiera que vayan: escuelas, oficinas, restaurantes, museos, cines, aviones, autobuses, taxis, etc.

Negarles el acceso implica una falta grave al violarse los derechos de una persona con discapacidad que usa un perro guía, pudiendo causar a los establecimientos, multas de entre $4,030 y $16,120 pesos, hasta clausura por reincidencia.

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