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Que la tradición no termine, ¡rescatemos la Peluquería Ibarra!

Unámonos para que la tradición no se acabe y Don Manuel Ibarra continúe trabajando en el que creció.

Entre espuma, navajas y toallas calientes, a sus 77 años, Don Manuel Ibarra ofrece servicio de barbería en la misma silla en la que ayudaba a su papá cuando era niño.

José Manuel Ibarra, barbero: El que daba grasa, el que sacudía, “el chícharo”, el famoso chícharo, yo fui chícharo de aquí…

Ubicada en San Luis Potosí 121, la peluquería Ibarra es una de las más antiguas de la colonia Roma.

José Manuel Ibarra: Mi papá estuvo aquí 60 años, y hace 21 falleció y ya desde esa época ya me quedé yo solo.

Afeita rostros con el pulso y talento del artista que un día soñó ser.

En su juventud, estudió artes plásticas en la Academia de San Carlos, pero problemas económicos y la vejez de sus padres lo hiceron abandonar ese camino.

José Manuel Ibarra: Ellos me mantuvieron, yo les dije, yo los tengo que mantener y ya me quedé aquí…

Pero tras 80 años de servicio, la peluquería Ibarra podría desaparecer.

Los dueños del local están aumentando la renta de $5800 mensuales a $10,000

José Manuel Ibarra: Y no, si apenas alcanzo a pagar los 5, los 10 yo creo que ya no.

Al irse, le diría adiós a un lugar lleno de recuerdos y a su fuente de ingresos.

José Manuel Ibarra: Es algo como una especie de religiosidad, la casa y mi trabajo porque de aquí saco para todo.

Una vecina de Don Manuel, hizo un llamado de auxilio en Facebook y el resto de la colonia reaccionó. En los últimos días, voluntarios apoyan a recuperar la belleza del lugar y la peluquería Ibarra luce como en los viejos tiempos. Con filas de jóvenes y adultos esperando a ser atendidos, a $70 el servicio.

José Manuel Ibarra: Ayer tuve mucha gente, ya hasta las 11 me fui, estuve trabajando muy rico, muy sabroso. Como antes ¿no?

Con ánimos de trabajar, Don Manuel espera que sigan llegando clientes que le permitan lograr el deseo de mantener su peluquería.

José Manuel Ibarra: No me da miedo el trabajo, al contrario, ¿no? Me siento mejor, me siento bien, y eso es lo bonito no, trabajar.

 

 

Con información de Diana Jiménez

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