Salió a la luz un video en el que se aprecia el momento en el que Cruz Velázquez Acevedo, migrante mexicano de 16 años que intentaba cruzar de Tijuana a Estados Unidos, por el puente fronterizo de San Ysidro, bebe el contenido de dos botellas que llevaba en su mochila; las cuales contenían metanfetamina líquida.
Esto a solicitud de los los agentes fronterizos Valerie Baird y Adrian Perallon para comprobar que no era droga.
Al cabo de unos minutos el adolescente apenas y podía sostenerse en pie, le costaba trabajo respirar, y su cuerpo temblaba mucho.
Mientras los agentes negaron todo este tiempo que hayan sido ellos quienes solicitaron que bebiera de las botellas (con altas dosis de metanfetamina), en el video difundido por la ABC News a casi cuatro años de los hechos, evidencia que hubo cierta complicidad con el intercambio de ligeras sonrisas y miradas.
En la grabación del hecho ocurrido en noviembre de 2013 puede verse que Velázquez Acevedo tomó sorbos, y ya en la demanda judicial se especifica que comenzó a sudar intensamente, mientras gritaba y apretaba los puños.
En cuestión minutos, su temperatura corporal aumentó a 40 grados Celsius y su pulso se incrementó hasta los 220 latidos por minuto – más del doble de la tasa normal para adultos.
Eugene Iredale, comentó a la prensa que el niño gritaba “¡Mi corazón! ¡Mi corazón!”, calificando de “cruel e inhumano” el proceder de los agentes, que contaban con los recursos para someter a prueba el contenido de las botellas “que habrían dado resultados en dos o tres minutos”, “y no lo hicieron”.
Incluso, se puede ver a la agente hacer una seña que hace referencia a ‘tomar de la botella’.
De acuerdo con la investigación realizada por la cadena televisiva de ABC News, pasó más de media hora desde que Velázquez dio el primer trago hasta que los agentes aduanales le llamaron a los equipos de rescate para auxiliarlo.
Una hora después de ser atendido por paramédicos, Cruz Velázquez falleció a causa de una sobredosis.
Por su parte, un portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza indicó mediante un comunicado que la Oficina de Responsabilidad Profesional de la agencia investigó el incidente y “determinó que no se justificaba ninguna otra acción y que los oficiales involucrados no fueron disciplinados”. Además, que Perallon y Baird siguen siendo empleados de la dependencia.
