
El menor solo se registró para senderismo, pero no se comprobó si iba acompañado; Conanp admitió fallas en el proceso.
La muerte de Paolo Sánchez Carrasco, un joven de 14 años que fue localizado sin vida a casi 4 mil 800 metros de altitud en el Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, puso en evidencia deficiencias en los controles de acceso a la montaña por parte de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
De acuerdo con Marco Antonio Castro Martínez, director regional del Centro y Eje Neovolcánico de la Conanp, Paolo se registró en el Centro de Visitantes de Paso de Cortés para realizar actividades de senderismo en la parte baja del parque. Sin embargo, no se solicitó verificación de que estuviera acompañado por un adulto, como debería haber ocurrido dada su edad.
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“En ese momento, al pagar su brazalete de acceso por 60 pesos, se asumió que formaba parte de uno de los grupos o familias que ingresaron al mismo tiempo”, reconoció el funcionario en entrevista. “Eso fue un error que nos deja una lección importante”.
El funcionario explicó que para quienes planean alcanzar la cumbre del Iztaccíhuatl se exige un registro previo en línea, así como el acompañamiento de un guía certificado y otros requisitos. No obstante, el acceso a zonas de senderismo de menor altitud no cuenta con filtros tan estrictos, y tampoco se exige evidencia de que menores estén bajo la supervisión de adultos, a menos que se trate de niños menores de siete años, quienes sí tienen restringido el acceso por razones médicas relacionadas con la altitud.
Tras lo ocurrido, Castro Martínez aseguró que se reforzarán los protocolos de acceso, especialmente para identificar casos de adolescentes no acompañados. “Si hubiéramos detectado que Paolo iba solo, se le habría negado el acceso”, afirmó.
Según la Conanp, Paolo ingresó al parque el sábado 12 de julio y no fue sino hasta cinco días después, el jueves 17, que se reportó su desaparición. No existe un control de salida, por lo que muchas personas concluyen su visita y se retiran sin notificar.
El director también reconoció que la creciente popularidad del senderismo y el alpinismo entre la población ha llevado a que muchos subestimen los riesgos reales de estas actividades. Cada año se reportan aproximadamente 300 incidentes en Izta-Popo y en el Nevado de Toluca, desde lesiones menores hasta un promedio de dos muertes, causadas principalmente por condiciones climáticas extremas.
“La tragedia de Paolo nos obliga a tomar medidas más rigurosas para garantizar la seguridad de todos los visitantes, en especial de los menores de edad”, concluyó Castro.
Con información de Excelsior
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