La moda de los filtros que embellecen afectan la autoimagen de los usuarios, agudizando sus inseguridades.
En Reino Unido propusieron una ley que llama a la sinceridad de celebridades sobre el uso de photoshop en las imágenes que publican en redes sociales.
La propuesta busca que los usuarios conozcan el grado de intervención en una fotografía para evitar que la gente se acompleje por su físico. Además, el doctor Luke Evans argumentó que los problemas de salud mental relacionados con la imagen personal derivan de la interacción constante con imágenes editadas y alejadas de la realidad.
Con esta iniciativa, los influencers se enfrentarán con restricciones al compartir fotografías en las que su piel y figura se noten estilizadas, pues deberán colocar una etiqueta aclarándolo.
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Diversos estudios se han enfocado en el «dismorfia de Snapchat», nombrafo así por la primera red social que lanzó filtros que deforman el rostro en tiempo real. Entre su catálogo, los usuarios podían elegir lucir ojos brillantes y grandes, una piel más blanca o divertidas orejas de perro (o gato). Pero ahora la retórica ha cambiado.
Incluso, el 55% de los cirujanos plásticos estadounidenses reconocieron un aumento en la demanda de sus servicios por pacientes que quieren asemejar su fisonomía a la reflejada en los filtros.
Los filtros que encontramos en redes como Instagram o Snapchat te crean la ilusión de una belleza que jamás conseguirías en la vida real y, en cierto modo, te crean unas expectativas de cómo deberías ser para encajar en ese ideal.
Explica un joven de 24 años.
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