Los casos han generado repugnancia e indignación de quienes lamentan el deterioro extremo que hay en la sociedad de ese país
Parwana Malik, una niña de 9 años que soñaba con ser maestra, fue vendida por su padre en Afganistán porque su familia no tenía dinero para comprar alimentos.
Según la cadena CNN, la niña fue vendida por dos mil 200 dólares a un hombre de 55 años en una suma de dinero, animales y terreno.
El comprador aseguró al medio que Parwana trabajará en su casa, donde vive con su esposa, por lo que no fue adquirida para un matrimonio.
“Mi padre me ha vendido porque no tenemos pan, ni arroz, ni harina. Me vendió a un anciano”, dijo la niña. Su hermana mayor, de 12 años, ya había sido vendida meses atrás también por su padre.
En un video compartido por Univisión se ve a la niña resistir en el momento que es entregada al hombre mayor. Camina de salida de una vivienda, y el comprador la jala del brazo para que lo acompañe aunque Parwana intenta regresar.
Según revela CNN, la crisis en todas las áreas que vive en territorio afgano ha incrementado tras la llegada al poder de los talibanes y la salida de organizaciones humanitarias que trataban de dar asistencia en un país altamente violento, pobre y desquebrajado socialmente.
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Los datos recabados por CNN mencionan que más de 20 millones de personas en Afganistán sufren de inseguridad alimentaria, donde 3 millones 200 mil niñas y niños padecen de una desnutrición grave.
Esa cifra podría aumentar debido a que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que más de la mitad de la población desconoce cómo conseguirá su comida, lo que dañaría a más de 3 millones de niñas y niños que podrían sufrir de una desnutrición grave los próximos cinco meses.
“El pueblo de Afganistán morirá de hambre en los próximos meses y no solamente unos pocos, eso está haciendo que las personas se vuelvan más vulnerables y no lo podemos aceptar”, recalcó al mismo medio Isabelle Moussard Carlsen, representante de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU
La llegada al poder de los talibanes a Afganistán hizo que varios países no reconozcan su gobierno en ese país, lo que generó serias repercusiones ante la asistencia humanitaria para ese territorio.
Mientras tanto, Mawlawi Abdul Hai Mobasher, director para los refugiados de los talibanes, afirmó que “estamos pidiendo a las agencias de ayuda humanitaria que regresen a Afganistán y que socorran a estas personas pobres, de lo contrario, la crisis empeorará”.
En agosto de este año, el grupo fundamentalista islámico tomó control de Kabul, la capital afgana, lo que hizo que se realizaran masivas evacuaciones tanto de delegaciones extranjeras como de varios ciudadanos que buscaban escapar del recuerdo del régimen de terror que se vivió en parte de los 90 hasta 2001, cuando los talibanes gobernaban el país.
Los líderes talibanes han prometido que en este nuevo gobierno flexibilizarían sus medidas, pero no hay nada que garantice si eso se está aplicando en todo el territorio o cuánto tiempo durará, especialmente ante la garantía de los derechos fundamentales de niñas y mujeres, quienes han sido víctimas de decisiones que ellas no quieren acatar.
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CAB
