
El jefe del OIEA alertó que un ataque a la planta de Bushehr por parte de Israel podría provocar una liberación masiva de radiactividad en la región
Durante una sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), advirtió sobre los peligros que implicaría un posible ataque a la central nuclear de Bushehr, ubicada en territorio iraní. Según el funcionario, un bombardeo sobre esta instalación en funcionamiento podría tener consecuencias devastadoras.
Grossi precisó que, aunque no se han detectado hasta ahora fugas radiactivas relacionadas con los ataques israelíes iniciados el 13 de junio contra sitios asociados al programa nuclear de Irán, el riesgo sigue siendo latente. “El peligro sigue siendo real”, afirmó.
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La preocupación del OIEA radica en que Bushehr alberga una gran cantidad de material nuclear. En palabras de Grossi, “se trata del sitio nuclear de Irán donde las consecuencias de un ataque podrían ser más grave”, dado que “alberga miles de kilogramos de material nuclear”. Añadió que una agresión directa a esta planta “podría provocar una liberación muy elevada de radiactividad” que alcanzaría “cientos de kilómetros”, lo cual podría obligar a imponer restricciones alimentarias en áreas amplias.
El director del organismo internacional hizo un llamado urgente a las partes involucradas para que actúen con “máxima moderación” y exhortó a permitir que los inspectores verifiquen el estado de los materiales nucleares, especialmente aquellos enriquecidos al 60 por ciento. “Más allá de los riesgos radiológicos potenciales, los ataques contra dichos materiales dificultarían este esfuerzo”, añadió.
La escalada del conflicto ha tenido un saldo trágico: al menos 224 personas han muerto en Irán y 25 en Israel. Además, las operaciones israelíes han causado la muerte de varios funcionarios militares y científicos iraníes, así como daños importantes en su infraestructura nuclear.
Paralelamente, en Ginebra se iniciaron conversaciones diplomáticas entre representantes iraníes y enviados de la Unión Europea, Francia, Alemania y Reino Unido, con el objetivo de abordar la situación del programa nuclear de Teherán. Desde la sede de la ONU, el secretario general Antonio Guterres instó a las partes a brindar “una oportunidad a la paz”, en medio de un contexto cada vez más tenso en Medio Oriente.