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Rusia amenaza con enterrar a Alexéi Navalny en la cárcel donde murió

Los allegados a Alexéi Navalny acusan al gobierno ruso de dar un ultimátum a la madre del líder opositor para aceptar un entierro en secreto

El grupo opositor al Kremlin acusó al gobierno ruso de presionar a la madre de Alexéi Navalny para realizar un entierro en secreto a fin de evitar cualquier manifestación de apoyo.

Las autoridades rusas amenazan con enterrar a Alexéi Navalny en el terreno de la colonia penitenciaria del Ártico donde murió, aseguró el viernes el equipo del opositor, que acusa a los investigadores de querer imponer un funeral en secreto. Más de una veintena de personalidades del mundo de la cultura de Rusia, críticos con el Kremlin, llamaron a las autoridades a que entreguen el cuerpo de Navalny a sus familiares, que lo reclaman desde que murió hace una semana.

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“Hace una hora, un investigador llamó a la madre de Alexéi y le dio un ultimátum: o bien acepta un entierro en secreto, sin exequias públicas, o bien Alexéi será enterrado en la colonia” penitenciaria, dijo en la red social X Kira Yarmish, que oficiaba de portavoz de Navalny. “Se niega a negociar con el Comité de Investigación porque no tienen autoridad para decidir cuándo y cómo será enterrado a su hijo”, añadió.

Yarmish afirmó que la madre del opositor, Liudmila Navalnaya, seguía pidiendo a las autoridades que le entreguen los restos de su hijo y que autoricen un funeral público. Durante el jueves, Navalnaya afirmó que al fin pudo ver el cuerpo de Alexéi y denunció “chantajes” para forzarla a que sea enterrado “en secreto”.

El entorno de Navalny acusa a las autoridades rusas de “matar” al opositor en la cárcel y de intentar impedir una ceremonia pública para evitar cualquier manifestación de apoyo. En 2010, antes de que la máquina de represión se abatiera sobre él, Navalny conseguía movilizar a multitudes, especialmente en Moscú, lo que le hizo ganar su estatus de opositor número 1 del presidente Vladimir Putin.

Un funeral público podría teóricamente movilizar a sus partidarios. El viernes, su equipo pidió a la policía, al ejército y a los servicios de seguridad que les proporcionen cualquier información sobre el “asesinato” de Navalny. A cambio, “prometemos una recompensa de 20 mil euros y la organización de su salida del país, si así lo desea”, indicó.

“No importa su estatus o si comparte las opiniones políticas de Alexéi Navalny. Hay principios humanos fundamentales: no pueden abusar de una madre y chantajearla con el cuerpo de su hijo asesinado”, escribió su equipo en Telegram.

El entorno del activista anticorrupción, que murió la semana pasada en una colonia penitenciaria del Ártico en circunstancias que no han sido esclarecidas, difunde desde el jueves por la noche en las redes sociales los llamados de numerosas personalidades de la cultura.

Entre ellos, el ganador del Premio Nobel de la Paz y periodista Dmitri Muratov, el director de cine Andréi Sviáguintsev, el escritor Viktor Shenderovich y la activista del grupo contestatario Pussy Riot, Nadejda Tolokonnikova. 

“Putin temió a Navalni durante muchos años y sigue temiéndolo después de su muerte. Después de matarlo aún le teme”, estimó Shenderovich, quien fue catalogado por las autoridades rusas como “agente extranjero” por sus críticas de la ofensiva en Ucrania. 

Cientos de personas fueron detenidas por la policía en Rusia la semana pasada por homenajear al principal opositor de Putin, que todavía no comentó públicamente el fallecimiento. Los gobiernos occidentales también señalaron al Kremlin como responsable de su muerte. 

El viernes, Estados Unidos anunció su nueva ronda de sanciones contra Rusia desde que invadió Ucrania hace dos años y en respuesta al deceso de Navalny. Tres funcionarios rusos figuran entre los sancionados por su implicación, anunció el Departamento de Estado.

Una de las personas es Valery Boyarinev, el vicedirector del servicio penitenciario federal ruso que administra la remota prisión en el Ártico en la que murió Navalny. “Las nuevas restricciones son una nueva tentativa desvergonzada y cínica de injerencia en los asuntos internos de Rusia”, reaccionó el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antonov, citado por la agencia estatal Tass.

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