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Rusia volverá a llevar animales al espacio en 2023

El vuelo Bion-M 2 será lanzará a 800 y 1000 kilómetros de altura. De acuerdo con el científico, el primer Bion-M voló a solo 500 kilómetros

Vladímir Sichov, el subdirector de ciencia del Instituto de Cuestiones Biomédicas de la Academia de Ciencias de Rusia, informó que se efectuará una misión espacial que enviará un satélite al espacio con seres vivos en 2023.

El vuelo Bion-M 2 será lanza a 800 y 1000 kilómetros de altura. De acuerdo con el científico, el primer Bion-M voló a solo 500 kilómetros de distancia y “la Estación Espacial Internacional (EEI) vuela a 400 kilómetros de distancia”.

El programa Bion original lo realizó la URSS entre 1973 a 1996. Este consistió en una serie de satélites que llevaron plantas y animales al espacio para observar su compartamiento.

En 2005, Rusia reanudó el programa, ahora rebautizado Bion-M, con tres nuevos satélites. Bion-M1, el primer de ellos, se lanzó desde el aeródromo de Baikonur, en Kazajistán, el 19 de abril de 2013, con diversos animales a bordo.

Importancia del satélite

Este “biosatélite” con ratones, jerbos, gecos, caracoles, peces y microorganismos a bordo, estuvo en órbita 30 días y, según Sichov, demostró que la capacidad de aprendizaje de los animales se redujo en un 30%.

Este descubrimiento, precisó el científico, ayudó a demostrar que la sangre corre hacia la cabeza en gravedad cero, lo cual aumenta la presión craneal. Antes se creía que la expansión o el estrechamiento de las arterias podría disminuir la presión sobre el cerebro, pero estas  pruebas demostraron otro escenario.

Gracias a la misión del Bion-M1 se descubrió que, en el espacio, la arteria cerebral en los animales detiene por completo cualquier expansión y estrechamiento. Sichov apunta que este descubrimiento “hace posible sugerir los cambios serios que sufriría el organismo de human durante los futuros vuelos interplanetarios”.

Debido a estas pruebas, precisa el subdirector, la continuación de la investigación en animales es imprescindible, puesto que “no podemos estudiar completamente el efecto de los factores de un vuelo espacial en los humanos”.

“Antes de una larga estadía en el espacio, una persona se dedica a la prevención de los efectos negativos de la ingravidez: hace ejercicio físico, toma medicamentos. Y esto, por así decirlo, retoca los posibles cambios en su cuerpo. Los animales no realizan ninguna profilaxis”, explicó el experto

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CAB

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