
El senador californiano fue esposado en plena conferencia del DHS tras identificarse e intentar ejercer su función de supervisión legislativa.
El senador Alex Padilla, demócrata por California, fue sometido por agentes federales este jueves en plena conferencia del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), luego de intentar formular una pregunta a la secretaria Kristi Noem. El incidente, que fue captado en video, ha generado una oleada de críticas por el uso excesivo de la fuerza contra un legislador en funciones.
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Padilla se encontraba en el edificio federal para sostener una reunión con el general Gregory Guillot, comandante del Comando Norte, pero decidió asistir como observador a la rueda de prensa encabezada por Noem. Según su versión, al intentar ejercer su función de supervisión legislativa, fue interceptado por elementos del FBI.
“Me identifiqué claramente y sólo alcancé a decir que tenía una pregunta para la secretaria. En ese momento me obligaron a tirarme al suelo y me esposaron”, declaró el senador, visiblemente afectado, durante una rueda de prensa posterior. “No estaba interrumpiendo violentamente. Estaba ejerciendo mi deber constitucional”.
Un video difundido por su equipo muestra a dos agentes sujetándolo por la espalda, derribándolo y colocándole esposas mientras Noem continuaba con su discurso, en el que criticaba a las autoridades de Los Ángeles y hablaba de “liberar” la ciudad del “control socialista”.
La oficina del senador aclaró que no fue arrestado formalmente, aunque fue retirado del lugar por la fuerza. El DHS, por su parte, respondió con un comunicado en el que atribuyó el incidente a un “error de identificación”, asegurando que Padilla no llevaba su pin del Senado y no se identificó adecuadamente, lo que llevó al Servicio Secreto a considerarlo una amenaza. Sin embargo, en los videos se le escucha gritar su nombre y cargo.
El hecho ha provocado fuertes reacciones en el Congreso y en redes sociales. El gobernador Gavin Newsom calificó la escena como “dictatorial y vergonzosa”, mientras que el senador Chuck Schumer afirmó sentirse “enfermo” al ver cómo se trató a un miembro del Senado. Adam Schiff exigió a los republicanos que condenen el incidente, y Chris Murphy advirtió que “no se puede normalizar la violencia contra funcionarios electos”.
El contexto agrava aún más la tensión: el episodio ocurre en medio de una oleada de redadas migratorias en el sur de California, parte de una ofensiva impulsada por la administración Trump, con apoyo del ICE y elementos de la Guardia Nacional.
“Si a mí, como senador, me tiran al suelo por hacer una pregunta, ¿qué no estarán haciendo con los jornaleros, los migrantes, los más vulnerables?”, cuestionó Padilla.
Con información de Excelsior