
Durante un foro en Iowa, la legisladora republicana respondió con un comentario controvertido a las preocupaciones ciudadanas sobre los efectos de las reducciones presupuestarias en programas de salud.
En una asamblea pública celebrada el 30 de mayo de 2025 en Parkersburg, Iowa, la senadora republicana Joni Ernst enfrentó críticas por su defensa de un proyecto de ley que propone recortes significativos a Medicaid. Cuando un asistente expresó temor de que estas medidas pudieran provocar muertes, Ernst respondió: “Bueno, todos vamos a morir”, lo que provocó abucheos y desaprobación entre los presentes.
El proyecto en cuestión, conocido como “la gran y hermosa ley”, respaldado por el expresidente Donald Trump, contempla una reducción de 700 mil millones de dólares en gastos, incluyendo restricciones a Medicaid y otros programas sociales. Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, estas medidas podrían dejar sin cobertura médica a aproximadamente 8.6 millones de personas en la próxima década.
Ernst argumentó que los recortes buscan enfocar los recursos en los más vulnerables y evitar que personas no elegibles, como inmigrantes indocumentados o aquellos con seguros privados, accedan a Medicaid. Sin embargo, sus declaraciones han sido interpretadas por críticos como una muestra de indiferencia hacia las posibles consecuencias humanas de las políticas propuestas.
Te podría interesar: Acusan a Elon Musk de abuso de drogas durante la campaña de Trump
La reacción negativa a los comentarios de Ernst se ha extendido más allá del foro, con figuras del Partido Demócrata y posibles contendientes electorales condenando su postura. El presidente del Comité Nacional Demócrata, Ken Martin, afirmó que las palabras de la senadora reflejan una falta de empatía por parte de algunos líderes republicanos hacia sus propios electores.
A pesar de la controversia, Ernst mantiene su apoyo al proyecto de ley, señalando que el Senado podría introducir modificaciones al texto aprobado por la Cámara de Representantes. La senadora, quien buscará la reelección en 2026, enfrenta ahora un escrutinio intensificado sobre su posición respecto a la reforma de los programas de asistencia social en Estados Unidos.