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Sentencian a niñera que drogaba a niños en guardería para poder irse al gimnasio

La guardería también funcionaba de manera ilegal, pues la dueña no era enfermera certificada ni tenía habilitación para operar un centro de cuidado infantil.

La corte de Oregón, en Estados Unidos, sentenció a una mujer de 32 años de edad a permanecer 21 años y cuatro meses en prisión por poner en peligro la vida de por lo menos una docena de infantes al drogarlos para poder realizar ejercicio.

La implicada, de nombre January Neatherlin, es una fanática del CrossFit que administraba un lugar para el cuidado de niños en Bend Oregón, la guardería Little Giggles Daycare, en donde acudían niños de 6 meses hasta los cuatro años a los cuales les suministraba melatonina para hacerlos dormir.

Su crimen fue descubierto ante la insistencia de la atlética mujer para que los padres no recogieran a sus hijos entre las 11 de la mañana y las 2 de la tarde porque supuestamente era “la hora de su siesta”.

En ese tiempo, Neatherlin abandonaba a los niños dormidos para ir a moldear su cuerpo al gimnasio y tomar unas sesiones de bronceado.

Luego de una denuncia de un exnovio, la Policía de Bend comenzó a vigilarla y se percató que la mujer primero llevaba a sus propios hijos a la escuela y después se iba a su gimnasio, al terminar regresaba a Little Giggles Daycare.

Cuando los agentes acudieron a su vivienda, encontraron a siete niños solos, mientras ella se encontraba en un salón de bronceado “Tan Republic”.

“En solo 13 días, ella dejó múltiples veces a los niños solos en su residencia en varias fechas diferentes, mientras ella iba a hacer su vida, ejercitando y bronceándose la piel”, indicó Kandy Gies, fiscal del condado de Deschutes.

Pero eso no era todo, también reconoció que a varios pequeños les dio leche muy caliente, lo que les produjo quemaduras internas.

“Hay algo roto y perdido dentro suyo. Es el deseo de esta corte que pueda encontrarlo o reconstruirlo”, le señaló el juez Wells Ashby a January. Durante la lectura de la sentencia, entre lágrimas la mujer pidió perdón a los padres de las víctimas.

Además la guardería abierta hacía cinco años funcionaba de manera ilegal, pues Neatherlin no era enfermera certificada ni tenía habilitación para operar un centro de cuidado infantil.

 

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