
En un evento sin precedentes en casi tres siglos, siete volcanes de la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, comenzaron a hacer erupción al mismo tiempo tras el fuerte terremoto de magnitud 8.8 que sacudió la región la semana pasada, provocando un desplazamiento de casi dos metros en el sur de la península, según reportes de autoridades científicas rusas.
Los volcanes que entraron en actividad fueron Bezimianni, Kambalni, Karimsnki, Kliuchevski, Krashenínikov, Mutnovski y Avachinski. Este fenómeno no se observaba desde 1737, cuando otro gran sismo desencadenó una serie de erupciones conjuntas. Los especialistas atribuyen esta actividad volcánica al movimiento telúrico registrado en una falla de tipo megathrust, donde la placa del Pacífico se desliza bajo la placa norteamericana. El epicentro estuvo ubicado cerca de Petropavlovsk-Kamchatsky y ha generado numerosas réplicas desde entonces.
Uno de los casos más llamativos es el del volcán Krashenínikov, que no presentaba una erupción desde 1463 y ahora ha emitido lava y columnas de ceniza que alcanzaron hasta 6 kilómetros de altura. Por su parte, el Kliuchevski, que ya mostraba signos de actividad antes del sismo, ha emitido un flujo de lava de 3 km que se aproxima al glaciar Bogdánovich, lo que podría alterar el ecosistema local debido al deshielo.
Otro volcán que sorprendió a los expertos es el Kambalni, inactivo por décadas, pero que volvió a entrar en actividad, generando gran interés entre vulcanólogos por su inesperado despertar.
Kamchatka, parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, cuenta con alrededor de 130 volcanes, de los cuales cerca de 30 están actualmente activos. Desde 1996, la región ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial. Ante la situación, las autoridades han emitido alertas por ceniza y códigos de aviación, además de advertencias de tsunami en diversas zonas del Pacífico, aunque hasta el momento no se han reportado daños mayores en áreas habitadas. El Servicio Geofísico Unificado indicó a través de Telegram que el sismo desplazó la península casi dos metros hacia el sureste, y se esperan réplicas por un periodo prolongado.
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La actividad volcánica ha afectado el turismo local: excursiones a volcanes populares como Mutnovski y Avachinski han sido canceladas por el riesgo de emisiones de ceniza, derrumbes y nuevos sismos.
Este escenario recuerda al devastador terremoto de Severo-Kurilsk en 1952, de magnitud 9.0, que también provocó tsunamis destructivos. Kamchatka tiene un historial activo tanto sísmico como volcánico, y los expertos advierten que la erupción simultánea de varios volcanes puede tener consecuencias encadenadas, como mayor emisión de gases tóxicos, contaminación atmosférica y acelerado deshielo de glaciares. Aunque por ahora las columnas de ceniza del Krashenínikov no han alcanzado zonas habitadas, el flujo de lava del Kliuchevski ya representa una amenaza para áreas sensibles.
Un vocero del equipo de monitoreo volcánico de Rusia explicó que podría continuar una actividad explosiva moderada, y que se sigue vigilando el comportamiento de los demás volcanes activos. La relación entre terremotos de gran magnitud y erupciones volcánicas sigue siendo un campo de investigación: sólo aquellos volcanes con cámaras magmáticas activas responden a este tipo de perturbaciones sísmicas. En este caso, varios presentaban las condiciones necesarias.
Paralelamente, imágenes satelitales revelaron daños en instalaciones clave, incluyendo una base de submarinos nucleares cerca de Rybachiy, perteneciente a la Flota del Pacífico, lo que añade un componente estratégico a la preocupación general en la región.