
A finales de abril pasado, durante el Tianguis Turístico 2025 en Tijuana, Baja California Norte, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda buscó afanosamente a los representantes de migración y de seguridad de los Estados Unidos que asistieron al evento organizado por la Secretaría de Turismo que dirige Josefina Rodríguez; nos platican que la petición de la mandataria fue que no se difundiera la cancelación de su visa durante el evento pero sobre todo que no se lo dieran a conocer a la cónsul de México en San Diego, Alicia Kerber-Palma porque de ahí “se iba a ir a la prensa y me van a acabar”, palabras menos o palabras más justificó su petición.
Hoy es conocido que Marina del Pilar no tiene visa pero desconocen los motivos ciertos de porque el Homeland Security de Kristi Noam tomo dicha acción, pero la bajacaliforniana dice que no necesita tal acreditación para gobernar.
Y es es cierto en varios sentidos… empezando por que Ismael Burgueño, alcalde de Tijuana, es amigo cercano y colaborador de su esposo, Carlos Torres que con un cargo honorario -como coordinador de proyectos estratégicos y todo lo que ello implique- puede acceder a la bolsa presupuestal de casi 13 mil millones de pesos que para este año tendrá la capital del estado.
De hecho, por designación de Ávila Olmedo, su esposo -al que también retiraron la visa y suspendieron sus cuentas en Wells Fargo y Bank of America- tiene esa misma cartera honorífica en un estado con un presupuesto este año de 86,572 millones de pesos dónde sólo por gasto de capital e infraestructura destinará casi 3,800 millones de pesos este año… aunque lo mas gordo está en desarrollo municipal y -usted adivinó- gasto social.
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Burgueño no sólo es amigo de Carlos Torres, sino también del hermano Luis Torres, quien fuera director de la aduana de Tijuana en 2015 y que de acuerdo a publicaciones periodísticas acreditadas (Héctor de Mauleon) por ahí pasaron varios millones de dólares en efectivo que iban destinado al Cártel de Sinaloa.
El alcalde de Tijuana también es el alfil de Ávila Olmeda quién lo promovió directamente para que fuera el candidato de Morena para esa alcaldía en 2023 cuando la dirección nacional recaía en Mario Delgado, haciendo a un lado a Montserrat Caballero a pesar de su amistad. Claro, no tanta como la que la gobernadora sin visa tiene con la senadora también morenista Julieta Ramírez que, dicho sea de paso, no ha hecho pronunciamiento alguno en torno a la vicisitud migratoria de quien fue asistente secretarial.
Independientemente de la obra y servicios públicos que suelen dejar buenos dividendos privados, otra veta de los hermanos Torres Torres ha sido la promoción de inversiones… aunque esta se quede en veremos y conflictos financieros como sucedió con algunos inversores chinos que atendieron el sexenio pasado la invitación del entonces secretario de turismo federal, Miguel Torruco, para levantar diversos desarrollos donde el dinero se habría esfumado.
Por: Mauricio Flores
@mfloresarellano
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