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Six Feet Under, la extraña y mortuoria alegoría a la vida

Six Feet Under, la extraña y mortuoria alegoría a la vida

El tono surrealista de Six Feet Under se disfruta mucho, hace que pese a sus elementos mortuorios y oscuros, se vuelva una oda a la vida

La idea de una serie televisiva como Six Feet Under que gire en torno a una funeraria no parece muy atractiva en un primer momento. Ese aspecto lúgubre como que no invita mucho a sintonizarla religiosamente cada semana, en aquellos tiempos en que debíamos esperar siete días para ver un nuevo episodio.

Pero en el caso de Six Feet Under, es diferente. Quizá cierto morbo, pero lo cierto es que la primera vez que vi un capítulo completo de dicha serie me enganché con su humor negro y no pude despegarme de ella hasta que terminó.

Es de esas series que se disfrutan y poco a poco te vas acostumbrando a esos detalles tan lúgubres que pueda tener el manejo de una funeraria, conducidos por los Fisher, que al inicio de la serie son la típica familia disfuncional entre lo disfuncional. Que en un determinado momento se reúnen para pasar la Navidad juntos, pese a la reticencia de los hijos, pero la sorpresiva muerte de patriarca le dará un giro a la vida de todos los miembros de la casta, así a lo largo de la serie cada uno irá buscando, y encontrando, su lugar en el mundo. Abordando todos los aspectos de la naturaleza humana.

Creada, escrita y producida por Alan Ball, se transmitió entre el 3 de junio de 2001 y el 21 de agosto de 2005 por la cadena HBO, siendo catalogada como una de las mejores series de la historia de la televisión, mientras que su desenlace, es considerado como uno de los mejores capítulos finales de un serial.

La estructura de la serie es muy sencilla. Cada episodio inicia con la muerte de cierto personaje circunstancial, siendo el funeral de dicho personaje la excusa o el hilo conductor para abordar determinada trama de alguno de los personajes, entre flash back de los protagonistas o incluso interactuando con el difunto del capítulo, confrontando sus miedos con los de alguno o varios de los protagonistas de la serie. Algo así como película de Buñuel.

Los personajes principales son:

Nathaniel hijo -Nate-. El primogénito que salió huyendo al otro lado del país para librarse de la dominante presencia de Nathaniel padre, pero al morir este y nombrarlo heredarle el 50% de la funeraria tendrá que volver a casa y finalmente madurar a sus 35 años, de manera dolorosa pero fructífera.

David. El perfeccionista, religioso y rígido hijo que siempre fue la mano derecha de su padre en el manejo del negocio, aparentemente hijo modelo pese a estar profundamente alejado de su familia, con la particularidad de que es homosexual de closet y mantiene una relación en secreto con el oficial de policía Keith Charles, un liberado homosexual afroamericano.

Ruth. La madre de los Fisher, una mujer abnegada que se dedicó a su hogar por casi 40 años y cuando enviudó se encuentra perdida ante la vida, dándose cuenta que su familia es un completo desastre y no conoce a sus hijos; no dejando de dar sorpresas a lo largo de la serie va reivindicando su lugar en la vida y con ello en su familia. Un episodio memorable de este personaje es cuando ingiere accidentalmente una tacha y tiene un sueño muy divertido.

Claire. Es la menor de los Fisher, la adolescente problemática, desadaptada en la vida, de personalidad gris. Qué se puede esperar siendo que creció en un ambiente tan lúgubre, casi no tiene relación con sus hermanos e ira de descalabro en descalabro hasta encontrarle “el color” a su vida.

Brenda. Una alocada masajista que en el transcurso de la serie es la pareja sentimental de Nate. Adicta al sexo y con una retorcida historia familiar, tanto con su hermano como con sus padres. Pero igual que Nate, le llegará su doloroso momento de madurar a los 35 años.

Federico. El ayudante de los Fisher en todo lo relacionado con la funeraria, Desde trámites administrativos hasta el proceso de preparación de cada cadáver. En varios episodios le dicen que es un artista en cuanto a la reconstrucción facial, haciendo énfasis en la importancia de que los deudos se queden con una última buena impresión del difunto. Lucha por mantener a su familia y que no se conviertan en lo que se convirtieron los Fisher.

Realmente el tono de la serie es de un surrealismo que se disfruta mucho. A pesar de que los elementos mortuorios, oscuros destellan a cada momento, la serie se vuelve una oda, una alegoría a la vida, una confrontación directa a cómo estamos viviendo.

Y es que, Nate al final recibe una terrible noticia que lo cimbra y lo hace replantearse todo su proceder.

En lo personal, esta serie la vi en un momento bastante lúgubre de mi vida. Venía de haber perdido varios seres queridos, de haber estado a punto de perder a otros, incluso mi propia vida se tambaleó por problemas de salud, entonces Six feet under fue una catarsis a muchas cosas que había estado viviendo, que había estado sintiendo.

IPR

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