
Una violenta tormenta provocó desbordamientos del río Guadalupe en el centro de Texas, causando una tragedia con decenas de muertos y la desaparición de al menos 27 niñas de un campamento de verano.
El fuerte temporal llegó durante la madrugada del 4 de julio en el condado de Kerr, justo antes del Día de la Independencia de EE.UU. Grandes cantidades de lluvia —entre 130 y 280 mm en pocas horas— elevaron el nivel del río Guadalupe hasta 8–11 metros, arrasando con campamentos, viviendas y vehículos.
El balance oficial más reciente contabiliza al menos 59 muertos en Kerr y otros condados cercanos como Burnet, Kendall y Travis; entre las víctimas se encuentran al menos 15 niños. Más de 850 personas han sido evacuadas, muchas rescatadas por aire, agua y perros especializados.
El campamento Mystic, junto al río, acogía a unas 750 niñas. Tras el desastre, 27 menores no han sido localizadas. Rescatistas recorren desde árboles hasta rocas en una búsqueda sin descanso para dar con ellas.
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Autoridades de distintos niveles —incluidos gobernador Greg Abbott, el vicegobernador Dan Patrick, la Guardia Nacional, la Guardia Costera, FEMA y el presidente Trump— han declarado estado de desastre, desplegado cerca de 1 000 efectivos y prometido apoyo federal y recursos para la respuesta.
Los meteorólogos advierten que la lluvia continúa, lo que amenaza con nuevas crecidas y obstaculiza las labores de auxilio . Mientras tanto, las comunidades afectadas enfrentan la emergencia y apelan a la solidaridad y ayuda institucional para enfrentar una de las peores inundaciones en décadas en la región.