
La broma se dio apenas días después del robo de joyas reales, en un momento en el que la seguridad del museo está bajo intensa vigilancia.
Esta vez, dos jóvenes belgas consiguieron fijar una fotografía suya en la sala donde se exhibe La Gioconda, en el Museo del Louvre en París.
La acción, grabada en video y viralizada en redes sociales, ocurrió en un momento especialmente sensible para el museo, que hace pocos días vivió uno de los robos más impactantes de su historia reciente.
Los creadores de contenido Nick y Senne, conocidos en Bélgica por sus bromas, explicaron que entraron al recinto con un marco hecho con piezas de Lego desmontables y la foto enrollada. Una vez dentro, ensamblaron rápidamente el marco, pegaron la imagen en la pared y se marcharon antes de que el personal los detectara.
Intentaron colocarla justo al lado de la Mona Lisa, pero aseguraron que “había demasiados guardias”. Aun así, lograron adherirla a pocos metros de distancia, dentro de la misma sala, cuando faltaba alrededor de una hora para que el museo cerrara.
En el video publicado en Instagram, aclaran que no buscaban desafiar a la seguridad, sino replicar una acción parecida que realizaron anteriormente en el Museo de Bellas Artes de Gante.
La intervención ocurre apenas un mes después del espectacular robo del 19 de octubre, cuando cuatro ladrones ingresaron al Louvre y robaron varias joyas de la Corona francesa en pleno horario de visita, piezas de valor histórico incalculable que aún no han sido recuperadas.
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El atraco, considerado uno de los más graves que el museo ha enfrentado en décadas, obligó a endurecer sus protocolos de seguridad. No obstante, la acción de los jóvenes vuelve a generar dudas sobre la efectividad de dichas medidas.
Ese mismo día, tras difundirse el video, el Louvre anunció el cierre de oficinas y de una galería de antigüedades griegas debido a daños detectados en vigas del cuadrilátero Sully. Como medida preventiva, se reubicó al personal y se cerró al público la galería Campana mientras continúan los análisis técnicos.
El museo, que ya se encontraba bajo fuertes cuestionamientos tras el robo, ahora enfrenta también críticas por problemas estructurales y fallas en su seguridad.







