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Todo un tratado: La historia detrás del libre comercio

“Qué hacer por todos, sin el beneficio de unos cuantos”
Antonio Ortiz Monasterio, exsecretario de Hacienda y Crédito Público

Durante muchos meses, hemos permanecido atentos a la formalización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, se revisaron punto por punto cada una de las implicaciones financieras, económicas y laborales que pudieran resultar en la adecuación de un instrumento comercial que nos permita enfrentar y ganar dentro del cosmos del libre comercio.

Se dieron más de 311 reuniones con los ministros y entre los equipos de trabajo de las tres naciones, todo un ejercicio de diplomacia comercial interviniendo la lógica de producción, distribución, transformación y arancelaria en beneficio de los tres interesados, pero el resultado final recayó, en un acuerdo entre dos naciones.

Después de más de un año de conversaciones, México y Estados Unidos anunciaron hace ocho días un pacto bilateral. Importante reconocer que Canadá decidió no sumarse al acuerdo, sus respetables argumentaciones fueron en un sentido práctico ya que no obtenía a corto plazo beneficios tangibles, por lo que ahora deberá de buscar entendimientos por separado con México y Estados Unidos.

“Ningún TLCAN es mejor que un mal acuerdo TLCAN” Justin Trudeau, primer ministro canadiense.

Lo que empezó como un tratado trilateral, después de 23 años, culminó como un acuerdo binacional. Pero las negociaciones con Canadá aún no terminan. Donald Trump, notificó al Congreso su intención de firmar un acuerdo comercial con México y Canadá (sí y solo sí, esta última está dispuesta) dentro del plazo de 90 días qué, según la ley estadunidense, deberá cumplirse antes de la firma del inquilino de la Casa Blanca, mismo que dio inicio el pasado viernes 31 de agosto.

Mañana miércoles, el equipo negociador estadounidense se reunirá nuevamente con la ministra Freeland para avanzar en la negociación y lograr preservar la trilateralidad del acuerdo al que Trump denominó “el más avanzado de los tratados y con los más altos estándares en el mundo”

Las dos naciones que llevaron a término su negociación, ahora, deberán de esperar la ratificación de sus senadores, recordemos que en el caso de México la política exterior es facultad exclusiva de los senadores, por lo que nosotros, los ciudadanos de a pie, deberemos esperar el criterio senatorial.

Así las cosas amable lector… Aunque dicen por ahí, que si Canadá no llega a un acuerdo con Estados Unidos, el gobierno de Trump no tiene la autoridad para sustituir un tratado trilateral por uno bilateral sólo con México. Eso aseguran varios expertos legales en los tres países hasta hoy involucrados. El congreso de nuestro vecino del norte tiene la facultad de aprobar o rechazar el tratado tripartita pero no puede cambiarle ni una coma, procedimiento al que se reconoce como Trade Promotion Authority.

En pocas palabras, si el gobierno canadiense decide no aceptar el ultimátum de Trump, entraría en vigor el viejo tratado que tenían EU y Canadá antes del TLCAN. Y si el plazo vence y se quiere un tratado bilateral con México, el presidente de los Estados Unidos, tendrá que solicitar TPA (Autoridad de Promoción del Comercio. La versión actual del fast-track de antes, mismo que vence en julio del 2018) al congreso para validar dicha negociación.

El gobierno que termina de Enrique Peña Nieto cumplió, sí, a medias; el entrante, bajo la titularidad de Andrés Manuel López Obrador, deberá de integrar a Canadá para así gozar de la facultad que tendrá de proponer un nuevo acuerdo comercial a los canadienses.

La incertidumbre, continuará…

 

Claudia Mollinedo
Analista político y conductora de noticias

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@mollinedoficial

 

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