
Una celebración religiosa en Andamarca, Perú, terminó con una estampida y más de 30 heridos luego de que un toro escapara del ruedo e hiriera a los asistentes
Lo que debía ser una jornada de celebración religiosa en la localidad de Andamarca, Perú, se transformó en una escena de caos el pasado domingo 8 de junio. Como parte de los festejos en honor al Señor de Andamarca, se organizó una corrida de toros en un ruedo improvisado que terminó por convertirse en una pesadilla colectiva.
Uno de los toros, sin que se conozcan aún los detalles de cómo ocurrió, logró salir del área delimitada y se dirigió hacia los asistentes, generando pánico entre los presentes. La repentina irrupción del animal provocó una estampida. Varias personas fueron embestidas directamente y otras cayeron al intentar huir. La cifra de heridos asciende a por lo menos 30, de los cuales seis permanecen en condición grave.
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Videos compartidos en plataformas sociales documentan los momentos de mayor tensión. En uno de los clips más difundidos, una joven es embestida con fuerza y arrastrada varios metros, mientras algunos espectadores intentaban detener al toro lanzándole objetos improvisados como sillas. La joven quedó inconsciente y fue llevada al Hospital Regional de Ayacucho para su atención inmediata.
Según el reporte médico, entre los casos más delicados figura un paciente con lesiones profundas y traumatismo craneal moderado. Otro de los heridos es un hombre de la tercera edad que, según vecinos, se encargaba de vigilar las motocicletas durante el evento. “Se sostiene con lo que la gente le da”, comentó una habitante del lugar.
La atención a los afectados fue posible gracias a la rápida intervención de la Compañía de Bomberos, además de pobladores que colaboraron en el traslado de lesionados. Se reportó también la destrucción de varios instrumentos musicales, lo que refleja la magnitud del incidente.
Ante estos hechos, los habitantes de Andamarca han expresado su indignación por la falta de medidas preventivas. El recinto donde se llevó a cabo la corrida contaba con accesos directos a las calles principales, lo que facilitó la fuga del animal. Las autoridades locales han iniciado investigaciones para determinar cómo se permitió tal nivel de riesgo y quiénes serán responsables.
La comunidad, visiblemente afectada, ha exigido que se refuercen los protocolos de seguridad en este tipo de celebraciones, con el objetivo de evitar futuras tragedias. “Esta vez fue un milagro que no haya muertos”, expresó un residente al borde de las lágrimas.