
La noticia ha sido confirmada por diversos medios locales y ha generado tanto conmoción como un encendido debate en redes sociales.
El torero portugués Manuel Maria Trindade perdió la vida el pasado sábado en un hospital, tras sufrir graves lesiones durante una corrida celebrada el día anterior en la Plaza de Toros de Campo Pequeño, ubicada en Lisboa.
Trindade, de apenas 22 años, fue embestido por un toro que pesaba cerca de 700 kilogramos mientras participaba en el tradicional espectáculo taurino. En su primer intento por enfrentarse al animal, fue lanzado violentamente contra la barrera situada cerca de los corrales, lo que le provocó una pérdida inmediata de la consciencia. Una vez trasladado al hospital, los médicos informaron que presentaba muerte cerebral. Pese a los esfuerzos por reanimarlo tras un paro cardiorrespiratorio, no fue posible revertir la situación.
La corrida seguía el estilo portugués, en el que un grupo de ocho hombres conocidos como forcados entra al ruedo con la misión de sujetar e inmovilizar al toro, permitiendo que uno de ellos lo tome por la cola para obligarlo a girar mientras sus compañeros se retiran del área sin ser alcanzados. Durante esta arriesgada maniobra, fue cuando se produjo el fatídico incidente.
Las redes sociales se inundaron rápidamente con imágenes del momento del ataque. En uno de los videos más compartidos, se ve al enorme toro embistiendo con fuerza a varios toreros, lanzándolos al suelo y arrastrándolos contra la valla del coso taurino. Las imágenes han generado una fuerte ola de reacciones, muchas de ellas críticas hacia este tipo de espectáculos, a los que califican como actos de crueldad animal.
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Los comentarios más duros no se hicieron esperar. “Aplausos para el toro, bien hecho, ninguna compasión para los idiotas que maltratan animales”, escribió un usuario. Otro más expresó: “Lo tenía merecido. […] Quien inflige sufrimiento a los animales en nombre de una tradición salvaje no se merece otra cosa”.
Ante el aluvión de mensajes ofensivos, Alzira Beringel, madre del joven fallecido, decidió responder públicamente a través de una carta compartida en redes sociales. En su mensaje defendió la pasión y entrega de su hijo: “Mi hijo formaba parte de un grupo de hermanos que vestían sus chaquetas con orgullo y valentía. Estos grupos jamás lastiman a un toro, ¡lo dominan con maestría!”. Y agregó: “Mi hijo nunca les hizo daño como para que ustedes celebren diciendo: ‘Ya nos deshicimos de uno más’ o ‘Este ya está muerto’”.
La tragedia ha reavivado la discusión en torno a la tauromaquia en Portugal, especialmente sobre el rol de los forcados, y ha dejado en duelo a la comunidad taurina del país.