
Los perros no solo perciben nuestras emociones con la mirada; estudios científicos muestran que pueden detectar ansiedad y depresión a través de señales químicas
Aunque parezca sorprendente, la ciencia respalda que los perros no solo entienden nuestro estado de ánimo por nuestras expresiones, sino que son capaces de identificar niveles de ansiedad y depresión con una precisión que a veces ni nosotros logramos percibir. Estas habilidades, que combinan su extraordinario sentido del olfato y su capacidad para interpretar nuestro lenguaje corporal, los convierten en aliados emocionales insustituibles.
Investigaciones realizadas en distintas partes del mundo, como el estudio de la Universidad de Nápoles, confirman que los perros pueden oler cambios químicos en nuestro cuerpo, como el cortisol que se libera en situaciones de estrés. Este experimento demostró que los canes pudieron identificar muestras de sudor de personas con ansiedad con una efectividad de 93.75%, lo que confirma su sensibilidad ante nuestras emociones.
Además de su olfato, los perros interpretan cambios en la forma en que caminamos, nuestro tono de voz, el contacto visual y otras señales sutiles que indican tristeza o estrés. Por eso, no resulta extraño que se acerquen a ti cuando te ven llorar o que permanezcan a tu lado en silencio cuando tienes un mal día.
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Aunque no sustituyen un tratamiento psicológico, diversos hospitales y centros de salud mental han incorporado perros de terapia en sus programas debido a los beneficios emocionales que aportan. Acariciar a un perro por tan solo 10 minutos puede reducir de forma significativa los niveles de cortisol, ayudando a disminuir el estrés y a generar un sentimiento de bienestar.
Los especialistas explican que esta conexión no es un simple acto de intuición, sino el resultado de miles de años de evolución compartida entre humanos y perros, desarrollando un vínculo profundo que les permite interpretar nuestras emociones con precisión. Un artículo publicado en Animal Cognition respalda que los perros no solo reconocen rostros con emociones diferentes, sino que responden emocionalmente ante ellos.
Entre las señales de que tu perro está detectando tu tristeza o ansiedad se encuentran comportamientos como recostarse junto a ti más de lo habitual, seguirte con actitud vigilante, lamerte las manos o la cara, llevarte sus juguetes o incluso cambiar su expresión y postura.
Aunque algunas razas como los labradores, golden retrievers o pastores alemanes tienen fama de ser más empáticos, cualquier perro con un vínculo fuerte contigo puede desarrollar esta sensibilidad. Lo importante es el lazo emocional que comparten, más allá de la raza.
La próxima vez que te sientas abrumado, recuerda que ese amigo peludo que se queda a tu lado está haciendo más que acompañarte: está cuidándote con un amor genuino y con una sensibilidad que la ciencia ha comenzado a entender, pero que ellos han practicado desde siempre.