
Miles de fieles se congregan en la Basílica de San Pedro para rendir homenaje al Papa Francisco, cuyo féretro será cerrado hoy previo al funeral de Estado
El féretro que guarda los restos del Papa Francisco será sellado esta noche, marcando el final de las visitas públicas al pontífice fallecido el pasado lunes. El Vaticano confirmó que hasta el momento, más de 90 mil personas han acudido a la Basílica de San Pedro para rendir tributo al líder religioso, superando notablemente la asistencia registrada durante las exequias de su antecesor, Benedicto XVI.
La capilla ardiente, instalada en el interior de la basílica, ha permanecido abierta casi de manera continua desde el lunes, cerrando únicamente durante la madrugada para labores logísticas. Las autoridades vaticanas contemplaron mantenerla abierta dependiendo del flujo de personas, pero hoy, a las 20:00 horas tiempo de Roma (12:00 de México), el ataúd será cerrado definitivamente para preparar los actos funerarios.
El funeral de Estado se celebrará en la Plaza de San Pedro, a partir de las 10:00 horas locales del sábado (2:00 de la madrugada en México). Se prevé la presencia de al menos 130 delegaciones internacionales, entre ellas jefes de Estado, líderes religiosos y representantes de organismos multilaterales, además de una audiencia televisiva global de millones de personas.
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La Santa Sede informó que Francisco será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, fuera de los muros vaticanos. Su tumba, elaborada en mármol proveniente de la región italiana de sus ancestros, llevará únicamente la inscripción “Franciscus”, en coherencia con el estilo sobrio que caracterizó su pontificado.
De acuerdo con el Vaticano, la ceremonia también contará con la participación de personas en situación de vulnerabilidad: migrantes, pobres e incluso miembros de la comunidad transgénero, a manera de homenaje a la visión inclusiva del Papa argentino.
“Este papa me acercó a la Iglesia. Para mí, es el papa de la esperanza, de los últimos, de los más débiles”, expresó la italiana Donatella Codino, una de las miles de personas que acudieron a despedirse.
Francisco, el primer pontífice no europeo en más de 13 siglos, será recordado por un liderazgo marcado por la confrontación con sectores conservadores y su firme defensa de los marginados. Durante su pontificado de 12 años, el jesuita argentino logró redefinir la imagen de la Iglesia Católica en el siglo XXI.
“Se cerró un capítulo de la historia de la Iglesia”, afirmó el cardenal Gerhard Ludwig Mueller al diario La Repubblica. El cardenal alemán, conocido por sus posturas tradicionales, será uno de los 135 electores con derecho a voto en el cónclave de mayo, donde se elegirá al nuevo sucesor de San Pedro.
Otro de los participantes en las actividades conmemorativas fue el cardenal chileno Fernando Chomali, quien destacó la unidad generada en torno a Francisco: “El papa generó unidad porque han venido personas de todo el mundo, personas muy distintas a congregarse desde muy temprano y hasta muy tarde de la noche y creo que ése es el ejemplo que tenemos que seguir todos”.
Para muchos sacerdotes, Francisco fue más que un líder espiritual. El padre Miguel Domínguez, de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción en Jalisco, compartió una relación cercana con él desde que coincidieron en el Colegio Mexicano del Vaticano.
“Fue un gran amigo para mí, un padre. A veces le decía abuelo, y él me decía ‘mi hijo’”, recordó Domínguez, quien sostuvo comunicación frecuente con el Papa hasta sus últimos años.
Uno de los episodios más memorables para el sacerdote jalisciense fue cuando recibió una llamada del Papa en plena misa durante la pandemia: “Me llamó justo cuando estaba iniciando el Evangelio. Dudé si responder, pero dije: ‘Bueno, es el Papa’”.
Además, aseguró que Francisco tenía plena conciencia de la situación de violencia en México y lo exhortaba a seguir promoviendo valores desde el púlpito: “Nos decía que como pastores nos tocaba hacer lo nuestro para inyectar valores a la sociedad y no dejar que decayera”.
Ayer, los cardenales llevaron a cabo la tercera sesión de la Congregación General en el Aula Nueva del Sínodo, con la participación de 113 de ellos. Entre los temas tratados se designó al cardenal Víctor Manuel Fernández para presidir la Misa del sexto día de los Novendiales, una serie de liturgias en memoria del pontífice.
En un comunicado, la Santa Sede explicó que esta celebración busca resaltar el compromiso del Papa con los más desfavorecidos, evocando su elección del nombre Francisco “para no olvidarse nunca de los pobres”.
Mientras el Vaticano afina los detalles del sepelio y el mundo se alista para despedir al Papa que cambió el rostro de la Iglesia moderna, inicia también una nueva etapa: la búsqueda de quien tomará el relevo espiritual de más de mil millones de católicos.