Una cadena de suministro con sello americano

Industria tecnológica

México está viendo de nuevo cómo el sector tecnológico empieza a despuntar en el país. Mientras que durante años había sido un sector baldío, desde que comenzaran las distintas y encadenadas crisis de suministros electrónicos, entre otros, se ha visto beneficiada del interés que han puesto muchas fábricas de electrónica y electromecánica en abrir centros de manufactura en su territorio.

Esto, que en términos de crecimiento ronda el 10%, está haciendo de este país centroamericano un foco de interés para el cierre de acuerdos comerciales que sean capaces de dar respuesta a una demanda creciente y que se había visto comprometida en la ruptura de la cadena de suministro de chips y de materiales necesarios para la fabricación o repuesto no solo de vehículos sino de muchas maquinarias.

Sin embargo, ahora el foco está puesto en los fabricantes y en los canales de distribución que se han abierto, sobre todo, con los ojos puestos en Norteamérica, principal importador del país y, más aún, desde que la cercanía permite servir los productos en cuestión de días, sin necesidad de esperar a que arriben a puertos desde otros continentes.

Una de las claves, además, para que esto suceda de forma ágil es que el transporte terrestre hoy en día proporciona más información, siendo capaces de monitorizar en todo momento dónde está la carga, algo que ha servido para que la confianza en el transporte terrestre haya incrementado enteros.

“Gracias precisamente al uso de tecnología en cabina es como la seguridad patrimonial en estos traslados se está garantizando, permitiendo firmar acuerdos de gran calado para las fábricas establecidas en México y, sobre todo, para seguir fomentando la creación de un corredor de Hubs logísticos que dé servicio no solo a Norteamérica sino también a América Latina, de donde pueden acabar llegando productos por vía terrestre de proximidad que fomenten las políticas agropecuarias también” explican desde el sector del transporte.

Empresas como Samsara están viendo la evolución de este tipo de flotas dispuestas a ponerse al día para dar ese nuevo servicio necesario: el transporte terrestre de calidad y moderno.

Gracias a la monitorización vía gps, a cabinas refrigeradas que gracias a sensores automatizan los registros para garantizar la salubridad y la cadena de frío y, sobre todo, evitar cualquier pérdida de mercancía gracias a los sensores infrarrojos que se colocan en la carga y las alertas de geocerca que avisarían en caso de que el vehículo saliera de su ruta programada, incluso permitiendo detenerlo en remoto para poder avisar a las autoridades.

En realidad, una oportunidad de conseguir productos que, aunque no sean de kilómetro 0, no tengan que recorrer medio mundo en containers sino que, en cuestión de días, puedan estar desde el lugar de producción en destino de una forma ágil, más económica y garantizando un suministro mucho más estable que en el caso de importaciones, como se ha visto, desde las fábricas asiáticas.

De hecho, gracias a las minas de Sudamérica, habrá mucha manufactura de productos electrónicos que se podrán, en vez de exportando la materia prima, vender una vez fabricados in situ.

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