
La UNAM tuvo su primer día sin desalojos tras semanas de crisis, aunque un grupo encapuchado intentó tomar con violencia la Facultad de Medicina.
Por primera vez en tres semanas, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) experimentó una jornada sin desalojos provocados por amenazas o disturbios. Sin embargo, la aparente calma se vio interrumpida por un intento de toma en la Facultad de Medicina, donde alrededor de 30 personas encapuchadas trataron de apoderarse del plantel, según reportó la dirección del recinto universitario.
De acuerdo con la autoridad académica, el grupo actuó “con violencia” y rechazó cualquier intento de diálogo, señalando además que la mayoría de los implicados no pertenecen a la comunidad universitaria. De manera extraoficial, se informó que algunos de ellos abandonaron las instalaciones y se trasladaron a la Facultad de Economía para reorganizarse.
Durante la noche, Medicina confirmó que los encapuchados se habían retirado y que se llevaba a cabo un recuento de los daños al patrimonio universitario. El episodio ocurrió justo cuando la universidad comenzaba a retomar la normalidad, después de días marcados por evacuaciones y mensajes anónimos que obligaron a suspender actividades en varios campus.
A pesar de la relativa calma, el conflicto interno persiste. Hasta este lunes, once planteles universitarios mantenían alguna forma de paro o modalidad a distancia. Entre ellos, siete facultades y una preparatoria continúan con suspensión de actividades, mientras que dos más imparten clases virtuales como medida preventiva.
Las facultades que siguen en paro son Filosofía y Letras, Economía, Ciencias Políticas y Sociales, FES Zaragoza, Trabajo Social, Medicina Veterinaria y Zootecnia, así como Arquitectura, esta última bajo un paro total e indefinido. A la lista se suma la Preparatoria 8, que permanece cerrada.
El caso más delicado continúa siendo el del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, donde las clases presenciales están suspendidas desde el 22 de septiembre, tras el asesinato de un estudiante dentro del plantel. Este hecho desencadenó una ola de protestas y exigencias por mayor seguridad en toda la universidad.
En contraste, la Facultad de Medicina, que retomó actividades virtuales el pasado 13 de octubre, aseguró que las clases en línea seguirán de acuerdo con lo establecido en las mesas de diálogo con el alumnado y avalado por el Consejo Técnico.
Mientras tanto, la tensión se extendió más allá de Ciudad Universitaria. En la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) unidad Cuajimalpa, las autoridades activaron los protocolos de seguridad tras recibir una amenaza de bomba. Luego de una revisión exhaustiva, se determinó que fue una falsa alarma, aunque se iniciaron investigaciones para deslindar responsabilidades.
Pese a la jornada sin desalojos, la UNAM continúa en un proceso de recuperación institucional, con divisiones internas, demandas laborales y exigencias estudiantiles aún sin resolver. La tregua temporal, aunque bienvenida, sigue siendo frágil dentro del clima de incertidumbre que atraviesa la máxima casa de estudios.