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Uso excesivo de dispositivos electrónicos sí genera cambios cerebrales en niños

Entre las variantes que ha generado la integración de los dispositivos electrónicos en nuestras vidas está que ahora todos nuestros pensamientos “se avientan y se dan como en bloques, ya no hilados como una historia”

La duda o temor de muchos padres de familia sobre efectos nocivos en la salud de sus hijos de las nuevas tecnologías ha sido parcialmente confirmado por los resultados preliminares de un estudio que aborda las consecuencias de una sobreexposición a los dispositivos electrónicos, en el que se estipula que podrían ser mayores de lo que hasta ahora se creía.

En particular, los niños que pasan más de dos horas al día frente a dispositivos digitales muestran peores resultados en pruebas de inteligencia que miden el coeficiente intelectual y de habilidad lingüística, según un informe preliminar del estudio a cargo de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).

Dado que un adolescente pasa de media hasta seis horas al día frente a un “smartphone” o una tableta, los resultados también pueden ser motivo de preocupación y ayuda a entender que en varias escuelas se ha retomado que los alumnos aprendan a escribir y leer en letra cursiva, dados sus beneficios cognitivos, ya que, según los especialistas en educación y psicología, este modo de lectoescritura activa el cerebro separando redes y ejercitando más recursos que actualmente se están perdiendo por la sobreexposición a teléfonos inteligentes y tabletas electrónicas.

El neuropsiquiatra y maestro en ciencias médicas, Edilberto Peña de León, nos explica que esto se debe a que ahora todos nuestros pensamientos “se avientan y se dan como en bloques, ya no hilados como una historia, como un cuento, a diferencia de antes “que íbamos tejiendo historias y por eso es que ahora a los niños se les ha obligado a escribir en manuscrita”.

Y es que, el estudio sobre el Desarrollo Cognitivo del Cerebro en Adolescentes, cuyos primeros resultados oficiales se publicarán a primeros de 2019, ha involucrado a 11,874 niños de entre 9 y 10 años de edad, incluidos 2,100 gemelos y trillizos. A todos ellos se les someterá a seguimiento hasta que sean adultos en 21 centros de investigación a lo largo de EEUU.

Si bien los investigadores explican que el alcance de todos los resultados preliminares aún no se puede valorar completamente hasta que no se obtengan más datos, en los niños que pasan siete o más horas al día frente a una pantalla se ha detectado un adelgazamiento prematuro de la corteza cerebral, en comparación con sus coetáneos poco expuestos al ocio digital, perdiéndose habilidades de control motor fino, integración bilateral y visual, planificación motora y atención sostenida.

La corteza es la capa más externa del cerebro, que participa en la recepción sensorial y es responsable de las funciones de orden superior que nos hacen humanos.

A simple vista, aunque dicho adelgazamiento prematuro parece ser otro motivo de preocupación los investigadores advierten que no se deben sacar conclusiones precipitadas a partir de este hallazgo, ya que la correlación todavía no implica causalidad y el cambio podría deberse a un motivo diferente.

En ese sentido, Peña de León indica que “hay que dejar claro que no es ni bueno ni malo, si no que las condiciones hacen que así pase” y que “en compensación se están desarrollando otras áreas cerebrales que se llevan mejor con la tecnología”.

Mientras tanto, la Academia Pediátrica Americana recomienda evitar exponer a medios digitales a los niños menores de 2 años, a excepción de las videoconferencias.

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