
El fiscal general venezolano pidió a la ONU indagar ataques de EE. UU. en el Caribe que dejaron 14 fallecidos, acusándolos de crímenes de lesa humanidad
El gobierno de Venezuela elevó su reclamo a instancias internacionales tras acusar a Estados Unidos de realizar ataques militares en aguas del Caribe que dejaron un saldo de 14 personas muertas. La petición fue encabezada por el fiscal general Tarek William Saab, quien solicitó a la Organización de las Naciones Unidas abrir una investigación al considerar estos hechos como “crímenes de lesa humanidad”.
De acuerdo con Saab, la ofensiva estadounidense incluyó el uso de misiles contra pequeñas embarcaciones, lo que a su juicio constituyó una acción desproporcionada. En un comunicado difundido por su despacho, expresó que “el uso de misiles y armas nucleares para asesinar serialmente indefensos pescadores en una pequeña lancha son crímenes de lesa humanidad que deben ser investigados por la ONU”.
Las operaciones navales de Estados Unidos en la región comenzaron a inicios de septiembre, cuando se desplegó una flota de ocho buques de guerra y un submarino nuclear con el objetivo de combatir el narcotráfico. Según el presidente Donald Trump, en esas semanas fueron destruidas tres lanchas presuntamente dedicadas al transporte de drogas, acciones que derivaron en la muerte de 14 personas.
La respuesta de Caracas no se limitó al pronunciamiento de la Fiscalía. El canciller Yván Gil declaró que se solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU exigir el cese inmediato de las acciones militares en el mar Caribe. A través de sus redes sociales, sostuvo que “los mismos oficiales de Estados Unidos aseguran que estas acciones han resultado en asesinatos extrajudiciales de civiles, con la intención de sembrar terror en nuestros pescadores y nuestro pueblo”.
Gil agregó que es imprescindible defender “la soberanía política y territorial de Venezuela y de toda la región caribeña”. En la misma línea, el embajador venezolano ante la ONU, Alexander Yánez, expuso la postura de su país frente a lo que denominó como una “amenaza militar” proveniente de Washington.
Cabe recordar que el gobierno estadounidense acusa al presidente Nicolás Maduro de liderar estructuras vinculadas al narcotráfico internacional, e incluso ha ofrecido 50 millones de dólares por información que lleve a su captura.
Como respuesta a la presencia de la flota estadounidense, Venezuela inició ejercicios militares en la isla La Orchila, en el sur del Caribe, medida que busca mostrar capacidad de defensa frente a lo que considera un despliegue hostil en su contra.
La Casa Blanca, consultada por agencias internacionales, no emitió una reacción inmediata respecto a las acusaciones de Caracas ni sobre la exigencia de investigación planteada ante Naciones Unidas.