La enfermedad de la ignorancia puede llevar a los pacientes a tomar decisiones sin hacerle caso a la experiencia o a los registros históricos
Les tengo una mala noticia, quizá una peor que la del coronavirus. Existe en México otra enfermedad más peligrosa. Según los reportes ha estado entre nosotros desde hace años, en ocasiones su contagio ha sido generacional, pero también se puede presentar de forma espontánea a pesar de todos los cuidados que hayan puesto en nosotros. A este mal, se le conoce como ignorancia.
La Real Academia de la Lengua la define como una falta de conocimiento, pero puede ir más allá. Ya que se han dado casos que aun con conocimiento, sigue causando estragos en la vida de quien la padece, sobre todo por una falta de actualización.
Incluso puede llevar a los pacientes a tomar decisiones sin hacerle caso a la experiencia, a los registros históricos o peor aun, actuando igual que siempre, esperando resultados diferentes.
Y es que esta negligencia por aprender, en muchas ocasiones puede silenciar al conocimiento o, a no saber qué hacer con el. Y si se acompaña de la soberbia, le hace pensar a las personas, que por tener la capacidad de recordar muchas datos, ya son inmunes a padecerla.
Es más, pongamos esto en perspectiva. Si yo coloco una enciclopedia dentro de un coche, ¿ya por eso el automóvil es más inteligente? O si esta misma enciclopedia está dentro de una computadora, ¿esta podría tomar decisiones inteligentes que favorezcan al resto?
Quizá habría que anexarle observaciones, experiencias, realidades, perspectivas y muchas de las curas actuales que han mostrado su efectividad ante la ignorancia.
Ahora que si tomamos a la ignorancia como una pandemia, ¿qué tan avanzada estaría? Fase 1, Fase 2, Fase 8. O peor aun, cuantos infectados llevaríamos en todo el mundo. Y no vayamos tan lejos, siendo sinceros, qué tan contagiados estamos cada uno de nosotros.
Hoy más que nunca la aplicación del conocimiento y la importancia del aprendizaje será lo que nos saque adelante. Entre más leamos cosas útiles, nos ilustremos del pasado y salgamos a conocer las realidades de los demás.
Y dejemos de esperar a que alguien más haga el trabajo por nosotros, tendremos las herramientas necesarias para saber cómo aplicar correctamente toda esa sapiencia. Pues vivimos en un momento en donde el conocimiento nunca había estado tan al alcance de todos.
Hoy el CoVid19 se está combatiendo con sabiduría, conocimiento, ciencia, experiencia y aprendizaje. Pongamos en una balanza, si esto es menos importante que la necedad, la ignorancia o la pasividad , y apostemos a lo que nos mantenga vivos, sanos y unidos por el mayor tiempo posible.
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