El año 2021 es visto como un año de nuevas oportunidades y de cambios para bien, no dejes que no sea así por culpa de tus pensamientos.
La pandemia por Covid-19 fue lo peor que nos pudo pasar en 2020 pues además de cobrar la vida de más de un millón de personas alrededor de todo el mundo, ha traído consecuencias económicas, anímicas y de comportamiento social que nos puede hundir en la negatividad y la depresión.
Si bien el año 2021 se pinta como un nuevo comienzo, la verdad es que nada cambiará de forma inmediata si no comenzamos con nuestra conducta y pensamientos
De acuerdo con la 44ª Encuesta anual de fin de año, de Gallup Internacional con Voices, el 2021 se vislumbra como un año esperanzador en donde la vacuna contra el coronavirus puede garantizar la salud y el restablecimiento de la economía.
No obstante, aún habrá que esperar y seguir cuidando las medidas sanitarias establecidas, especialmente el confinamiento o aislamiento social y el uso de cubrebocas.
Según los resultados de esta encuesta, dos de cada cinco cinco personas, es decir el 43%, creen que los próximos doce meses serán mejores que los anteriores, el 24% que serán peores y el 26% iguales.
El pesimismo es más alto en Italia, donde un 56% cree que todo empeorará, y Hong Kong con 57%; mientras que el optimismo es más fuerte en países como Nigeria, Indonesia, Vietnam o India donde entre 7 y 8 de cada 10 de sus ciudadanos sostienen que el próximo año será mejor.
Para combatir este tipo de negatividades, es importante aprender a controlar nuestros pensamientos, dominándolos y enfocándolos a lo que en realidad está pasando, por lo que es necesario cambiar nuestro chip y nuestra forma de ver la realidad.
Aquí te compartimos cinco pensamientos recurrentes y la forma en cómo puedes combatirlos.
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No pienses “estoy encerrado”, piensa “estoy a salvo”
Si bien permanecer en casa nos ha restado algo de libertad, reflexiona un poco sobre la situación de vulnerabilidad sanitaria en la que estamos todos y no pierdas de vista el objetivo por el cual permanecemos juntos en familia.
Piensa que cada momento que permaneces en casa, es una segundo ganado a la vida ante una enfermedad que no discrimina a nadie.
No pienses “estoy aburrido”, piensa “tengo tiempo para…”
Aunque creas que lo has hecho todo en casa, la realidad es que siempre hay algo en qué ocuparnos, ya sea para pintarnos el cabello, experimentar con un nuevo look, jugar con nuestros hijos, desempolvar un rompecabezas guardado, reparar el techo.
Las abuelas de antes siempre enfatizaron que sólo los poco enfocados se aburren dentro de su hogar, y es cierto, con todas las cosas que postergamos, estar en calma nos ayuda a despejar la mesa de pendientes.
No pienses “no puedo ir a ningún lado”, piensa “haré una lista de los lugares que visitaré primero”
Muy similar a lo anterior, el ver de lo que te estás perdiendo ahora hace que nos sintamos derrotados e imposibilitados, cuando la realidad es que estamos ganando mucho al esperar.
Hacer planes a futuro además de relajarte, también te permite enfocarte y te dará tiempo de planear algo sin prisas, contrastando los pros y los contras para tomar una mejor decisión.
No pienses “perdí mis vacaciones”, piensa “gané la oportunidad de conservar mi salud”
Nadie había tenido tanto tiempo como nosotros a lo largo de esta pandemia, y si bien no es como lo soñamos, la posibilidad de disfrutarlo en familia es algo que muy pocos valoraron.
Tristemente por apresurar las salidas familiares, cientos de personas en el mundo perdieron para siempre a un ser querido.
No pienses “no puedo salir a comprar”, piensa “estos ahorros me permitirán cambiar mis hábitos”
Si algo nos enseñó este periodo de aislamiento social es a aprovechar mejor nuestros recursos económicos y entender que es necesario ahorrar para un futuro.
Actualmente recobrar la salud es algo que se paga a precios económicos muy altos ante la escases de insumos y medicamentos, por lo que ahorrar y aguantarnos algunos antojos banales nos ayudará a jerarquizar sanamente nuestras prioridades.
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