
Durante la cumbre del G7 en Canadá, António Costa entregó a Donald Trump una camiseta de Portugal firmada por Cristiano Ronaldo con un mensaje por la paz
En el marco de la reciente cumbre del G7 celebrada en Kananaskis, Canadá, una escena poco común entre líderes políticos se robó la atención de medios y usuarios en redes sociales. El presidente del Consejo Europeo, António Costa, sorprendió al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, al obsequiarle una camiseta de la selección nacional de Portugal autografiada por el futbolista Cristiano Ronaldo.
El gesto tuvo lugar este lunes, durante una de las sesiones del foro internacional. La prenda no solo estaba firmada por la estrella portuguesa, sino que incluía una dedicatoria directa para el exmandatario estadounidense:
“Para el presidente Donald J. Trump. Jugando por la paz”, se leía junto a la rúbrica del delantero.
Costa compartió imágenes del momento a través de su cuenta en la plataforma X, antes Twitter. En las fotografías se les ve a ambos líderes sosteniendo la camiseta blanca con el nombre de Ronaldo en la parte trasera. En otra toma se aprecia con claridad la frase escrita a mano, cargada de simbolismo.
El dirigente europeo acompañó su publicación con el mensaje: “Jugando por la paz. Como un equipo”, reforzando el tono de unidad que ha buscado proyectar en medio de un contexto geopolítico tenso marcado por conflictos internacionales, entre ellos la crisis entre Israel e Irán.
El obsequio, aunque sencillo, ha sido interpretado de distintas maneras. Algunos analistas lo ven como un gesto diplomático destinado a suavizar tensiones y promover un discurso de colaboración, mientras que otros consideran que también busca visibilidad mediática aprovechando la popularidad global de Ronaldo y la polarización que representa Trump.
En redes sociales, la imagen rápidamente se volvió viral. Usuarios comentaron desde perspectivas humorísticas hasta interpretaciones políticas. El cruce entre deporte, poder e imagen pública generó un amplio debate, demostrando cómo un simple regalo puede convertirse en una potente herramienta de narrativa internacional.