
Usar un lector digital no daña los ojos por sí mismo, pero hábitos de lectura, iluminación y tipo de pantalla influyen en la fatiga visual y molestias.
La lectura digital se ha popularizado en los últimos años gracias a los e-readers, dispositivos diseñados para ofrecer la experiencia de un libro físico con la comodidad de la tecnología. Sin embargo, muchas personas se preguntan si pasar horas frente a estas pantallas puede afectar la vista. Aunque algunos usuarios reportan ojos secos, ardor o visión borrosa después de sesiones largas, los expertos coinciden en que los síntomas dependen más del uso y la configuración del dispositivo que del e-reader en sí.
El tipo de pantalla es un factor clave. Los dispositivos con tecnología E-Ink funcionan de manera diferente a las pantallas tradicionales LCD o LED. E-Ink refleja la luz ambiental como el papel, evitando deslumbramientos y reflejos molestos. Esta tecnología permite leer durante periodos prolongados con menor fatiga visual. Según un estudio de Harvard School of Public Health, los lectores con E-Ink y luz frontal fueron hasta tres veces menos estresantes para las células de la retina que pantallas LCD retroiluminadas, reduciendo el impacto del exceso de luz azul y el parpadeo de la pantalla.
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Por otro lado, las pantallas LCD y LED, comunes en teléfonos, tabletas y algunos e-readers iluminados, pueden aumentar el estrés ocular si se utilizan de forma prolongada. La exposición continua puede alterar el ciclo del sueño al suprimir la melatonina y generar fatiga visual. Además, leer en condiciones de poca luz o con texto pequeño obliga a los músculos oculares a un esfuerzo constante, provocando visión borrosa o dolores de cabeza. También contribuye a la sequedad ocular, ya que al mirar pantallas se parpadea menos.
Los especialistas aclaran que los lectores digitales no dañan la vista de forma directa, pero sí pueden aparecer molestias temporales si se combinan factores como brillo excesivo, ambientes oscuros o falta de pausas. El ritmo circadiano puede verse afectado por luces muy frías en la noche o exposición prolongada a la luz frontal de los dispositivos.
Para proteger los ojos al leer en un e-reader, se recomiendan varias medidas. Mantener luz ambiente adecuada, activar filtros de luz azul o modo nocturno, y tomar descansos cada 20 minutos mirando a distancia para relajar los músculos de enfoque. Parpadear con frecuencia y utilizar lágrimas artificiales ayuda a mantener la lubricación ocular. Elegir dispositivos con pantallas E-Ink reflectantes y ajustar tamaño de letra, interlineado y espacio de lectura contribuye a disminuir la fatiga.
En conclusión, leer en un e-reader no representa un riesgo grave para la vista si se adoptan hábitos saludables de lectura y se ajusta la iluminación y configuración del dispositivo. La tecnología E-Ink, combinada con pausas regulares y entornos bien iluminados, permite disfrutar de largas sesiones de lectura sin comprometer la salud visual.